viernes, agosto 31, 2012

Emboscada y traición a la guerrilla del Che

Para el destacamento internacionalista del Che en Bolivia, la del 31 de agosto de 1967 fue una fecha negra, pues el Grupo de la Retaguardia que comandaba Vilo Acuña, fue conducido por un campesino traidor a una emboscada en el Vado del Puerto Mauricio, en el Río Grande, donde fueron masacrados por efectivos del ejército que allí le esperaban.

Sobre las cinco de la tarde de ese día llegaron los 10 guerrilleros integrantes del Grupo para cruzar el río por el lugar indicado por el campesino, y cuando todos se encontraban ya en el agua, cayó sobre ellos una lluvia de balas sin que tuvieran oportunidad de defenderse.

Allí murieron de forma inmediata el Comandante Vilo Acuña, jefe del grupo, el Comandante Gustavo Machín y el Teniente Israel Reyes Zayas, todos cubanos. Asimismo perdieron la vida los bolivianos Moisés Guevara, Apolinar Aquino y Walter Arencibia, además de la alemana-argentina Haydee Tamara Bunker.

En ese instante lograron escapar con vida del lugar el boliviano Freddy Maymura y el médico peruano Restituto José Cabrera Flores, pero después fueron capturados por el Ejército y asesinados. Sólo sobrevivió a esta tragedia José Castillo Chávez, quien después narraría con exactitud el hecho.

Este Grupo de la Retaguardia se había separado del grueso del Destacamento poco después de iniciarse dicha gesta y en él se encontraban algunos enfermos e incorporados poco confiables, lo que permitiría que el Che con su grupo avanzara rápidamente hacia la zona donde la guerrilla operaría definitivamente.

Los dos grupos nunca más pudieron reencontrarse a pesar de los esfuerzos de ambos por hacerlo, aunque el Che siempre tuvo la confianza de que esa unión se produciría para operar en conjunto contra el régimen boliviano.

Sin embargo, el primero de septiembre de 1967 el Che llegó a la casa del campesino Honorato Rojas, el mismo que condujo al grupo de la retaguardia a la emboscada, pero no encontraron a nadie en ese lugar.

Tal vez de no haberse producido la masacre del Vado de Puerto Mauricio el día antes contra el Grupo de la Retaguardia, se hubiese producido el anhelado encuentro entre los dos jefes guerrilleros, los Comandantes Che Guevara y Vilo Acuña.

A 45 años de aquel fatídico 31 de agosto de 1967 los cubanos recordamos aquel crimen donde perdió la vida un valioso grupo de combatientes revolucionarios por la libertad de América Latina.

martes, agosto 28, 2012

Los jóvenes y sus retos este Día Internacional de la Juventud


Jóvenes médicos cubanos arriban a Venezuela


Cuba: Cierre del verano con variadas actividades en el Palacio de Central de Pioneros


Día Internacional de la Juventud: Compromiso con la vida


Emilio Bacardí, benefactor de la ciudad

Debió ser triste para Santiago de Cuba y sus habitantes aquel 28 de agosto de 1922, cuando a la edad de 78 años falleció Emilio Bacardí Moreau, a quien con toda justicia se le ha llamado benefactor de la ciudad, de su cultura y de su historia.

Emilio Bacardí Moreau, nació en Santiago de Cuba el 5 de junio de 1844 y entre 1868 y 1898, participó en múltiples actividades conspirativas contra España, por lo que fue llevado a prisión y al destierro por largos años, y sólo pudo regresar a la Isla tras el fin de la guerra de independencia.

Al producirse la derrota de España en la isla, Emilio Bacardí asume la alcaldía municipal de Santiago de Cuba, dedicándose con fervor a esa tarea y sobre todo, a mejorar aspectos sociales de la población entre ellos, la construcción de escuelas y otras obras públicas, como el propio museo que hoy lleva su nombre, la biblioteca que lleva el nombre de su esposa Elvira Cape, la escuela de Bellas Artes y la Banda de Música Municipal.

En 1901, Emilio Bacardí fue reelegido nuevamente alcalde por la población, ocasión en que oficializó dos bellas tradiciones de la ciudad: la Fiesta de la Bandera los 31 de diciembre a las 12 de la noche, así como comenzar y finalizar las retretas de la Banda Municipal con las notas del Himno Nacional cubano.

Su vida pública fue más allá de su natal Santiago, y en 1906 fue electo senador de la República, desde donde combatió la corrupción administrativa y la prepotencia de los más poderosos, fustigando a aquellos que apelaban a la intervención norteamericana para resolver los problemas de la Isla.

Como intelectual, Emilio Bacardí dejó escrito un gran número de obras, entre ellas, sus crónicas de Santiago, que en 10 tomos muestran la vida cotidiana de la ciudad desde su fundación en 1515 hasta los albores del Siglo XX.

Emilio Bacardí Moreau, murió el 28 de agosto de 1922 a la edad de 78 años después de una fructífera vida a la cual Santiago de Cuba le debe mucho. Por eso, en este aniversario 90 de su fallecimiento le recordamos como lo que fue, un benefactor de la ciudad.