La fecha del 17 de mayo agrupa importantes efemérides relacionadas con las luchas agrarias en nuestro país y con el cumplimiento de las más caras aspiraciones del campesinado cubano, tras el triunfo de la Revolución.
El 17 de mayo de 1946, en El Vínculo, región de la provincia de Guantánamo, fue asesinado con varios disparos en el pecho, el campesino Niceto Pérez, por matones al servicio del terrateniente Lino Mancebo, con el apoyo de la guardia rural de entonces.
Niceto poseía en ese realengo un pedazo de tierra donde construyó su bohío y cultivaba algunas viandas. El mencionado terrateniente, quería arrebatar esa tierra al humilde campesino para ampliar su finca y ante la negativa de este, ordenó su muerte, que momentáneamente quedó impune, hasta que en 1947 fuera ajusticiado por personas desconocidas, en la capital cubana.
La muerte de Niceto Pérez constituyó un motivo para incrementar las luchas agrarias cubanas por las reivindicaciones en el sector y en ese sentido, en 1949 se instituyó el Día del Campesino, deviniendo la fecha en símbolo contra las injusticias en zonas rurales.
Sólo a partir del triunfo de la Revolución, la fecha del 17 de mayo se convirtió en verdadera jornada de justicia, pues en una fecha como esa, pero de 1959 se promulgó la Primera Ley de Reforma Agraria, que proscribía el latifundio en Cuba y entregaba las tierras a los campesinos que la trabajaban.
Dicha ley limitaba a 30 caballerías la tenencia de tierra por parte de propietarios privados o entidades jurídicas, mientras que ofrecía a los campesinos para ser trabajadas un mínimo de extensión de unas 77 hectáreas, es decir, cinco caballerías.
El Estado cubano mediante la Reforma Agraria invirtió de forma inmediata en el sector unos 400 millones de pesos, además de ofrecer los fondos necesarios para el fomento de cooperativas campesinas facilitando créditos a largo plazo y con un mínimo de interés.
La medida dio paso a la creación el 17 de Mayo de 1961 de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, la ANAP, organización que tuvo en sus manos el desarrollo y cumplimiento del programa agrario en nuestro país, para satisfacer las necesidades productivas y sociales del sector.
Como expresara el Comandante en Jefe en el acto constitutivo de la ANAP: "La Reforma Agraria reparó definitivamente todos los abusos e injusticias padecidas por el campesinado cubano y esa fecha, triste y dolorosa, tuvo un día cumplida recompensa".
viernes, mayo 17, 2013
jueves, mayo 16, 2013
miércoles, mayo 15, 2013
Salida de Fidel y los moncadistas del Presidio Modelo
El 15 de mayo de 1955, un día como el de hoy, hace 58 años, las puertas del Presidio Modelo de la Isla de Pinos se abrieron para Fidel y el resto de sus compañeros de lucha. Debido a la presión popular, el regimen de Batista se vio obligado a decretar una amnistía otorgándoles la libertad a los presos por los sucesos del Moncada, incluido el doctor Fidel Castro, el principal encausado por ese hecho.
"En cuanto a mí, sé que la cárcel será dura como lo ha sido para nadie, preñada de amenazas, de ruin y cobarde ensañamiento, pero no la temo..." Al expresarse así en el juicio por los sucesos del Moncada, Fidel estaba consciente de que más que cumplir una condena en la Isla de Pinos, el tirano trataría de sepultarlo allí, como pago a su heroico gesto por la libertad de los cubanos.
Pero sus pretensiones no fueron más que eso, porque si bien Fidel fue confinado en celda y pabellón apartes del resto de los moncadistas, el vínculo entre ellos nunca se perdió, gracias a la solidaridad de otros presos.
Para Fidel la prisión constituyó una etapa de duro trabajo y de preparación para la lucha futura, así como para reafirmar sus convicciones de revolucionario martiano y porqué no, de marxista-leninista.
La prisión le sirvió además para escribir con lujo de detalles el texto de su histórico alegato de autodefensa, que fue sacado de su celda y publicado clandestinamente, con el título de "La Historia me Absolverá", el cual vino a ser el Programa de la Revolución que se había reiniciado el 26 de Julio de 1953 con el asalto a los cuarteles Moncada en Santiago de Cuba y Carlos Manuel de Céspedes en la ciudad de Bayamo.
Para el resto de los combatientes moncadistas, la prisión en la Isla de Pinos fue también una etapa de consolidación ideológica a través de la escuela política "Abel Santamaría", creada por ellos como forma de preparación para la lucha futura.
El regimen batistiano no pudo impedir que los moncadistas cumplieran en prisión diversos programas políticos, patrióticos y culturales, que para desarrollarlos, como expresó en una ocasión Jesús Montané, "no les alcanzaba el tiempo". A esa etapa le llamaron "La Prisión Fecunda".
Se cumplía así lo que bien pudiéramos llamar una paradoja histórica, al hacerse realidad lo que el sentenciado Fidel Castro dijera el 16 de octubre de 1953: "La Historia me Absolverá".
"En cuanto a mí, sé que la cárcel será dura como lo ha sido para nadie, preñada de amenazas, de ruin y cobarde ensañamiento, pero no la temo..." Al expresarse así en el juicio por los sucesos del Moncada, Fidel estaba consciente de que más que cumplir una condena en la Isla de Pinos, el tirano trataría de sepultarlo allí, como pago a su heroico gesto por la libertad de los cubanos.
Pero sus pretensiones no fueron más que eso, porque si bien Fidel fue confinado en celda y pabellón apartes del resto de los moncadistas, el vínculo entre ellos nunca se perdió, gracias a la solidaridad de otros presos.
Para Fidel la prisión constituyó una etapa de duro trabajo y de preparación para la lucha futura, así como para reafirmar sus convicciones de revolucionario martiano y porqué no, de marxista-leninista.
La prisión le sirvió además para escribir con lujo de detalles el texto de su histórico alegato de autodefensa, que fue sacado de su celda y publicado clandestinamente, con el título de "La Historia me Absolverá", el cual vino a ser el Programa de la Revolución que se había reiniciado el 26 de Julio de 1953 con el asalto a los cuarteles Moncada en Santiago de Cuba y Carlos Manuel de Céspedes en la ciudad de Bayamo.
Para el resto de los combatientes moncadistas, la prisión en la Isla de Pinos fue también una etapa de consolidación ideológica a través de la escuela política "Abel Santamaría", creada por ellos como forma de preparación para la lucha futura.
El regimen batistiano no pudo impedir que los moncadistas cumplieran en prisión diversos programas políticos, patrióticos y culturales, que para desarrollarlos, como expresó en una ocasión Jesús Montané, "no les alcanzaba el tiempo". A esa etapa le llamaron "La Prisión Fecunda".
Se cumplía así lo que bien pudiéramos llamar una paradoja histórica, al hacerse realidad lo que el sentenciado Fidel Castro dijera el 16 de octubre de 1953: "La Historia me Absolverá".
lunes, mayo 13, 2013
El Jobito: primera gran victoria de las armas cubanas bajo la dirección de Maceo
El 13 de mayo de 1895, hace hoy 118 años, el Mayor General Antonio Maceo Grajales obtenía una de sus más brillantes victorias después de reiniciada la lucha independentista en febrero de ese año, al derrotar en el lugar conocido por El Jobito, a unos 10 kilómetros de Guantánamo, a las tropas élites de Regimiento Siamancas, el más diestro y mejor armado que poseía el Ejército Español, en el Departamento Oriental de la Isla.
El General Antonio, había llegado a esa región guantanamera el día antes después de realizar varias acciones de importancia en la jurisdicción de Santiago de Cuba, donde atacó con éxito el poblado de El Cristo, a sólo 17 kilómetros de la capital oriental, para marchar después sobre territorio guantanamero, donde se le unieron las tropas de José Maceo, Jesús Rabí y Periquito Pérez, entre otros oficiales.
El combate de El Jobito se inició a las cinco de la mañana del 13 de mayo, cuando la avanzada española casi sorprendió a los mambises del campamento de José Maceo, pero de inmediato la inteligencia del General Antonio, hizo revertir la situación y preparó una serie de emboscadas en forma de herradura, donde quedaron atrapados los 400 soldados del Regimiento Siamancas.
Este combate se extendió durante seis horas y media, de cinco de la mañana a tres y media de la tarde, después de las cuales, los colonialistas huyeron en desbandada dejando sobre el campo varias decenas de muertos, así como decenas de heridos y prisioneros que fueron curados y devueltos posteriormente. En este combate pereció el Teniente Coronel Bosch que mandaba el célebre Regimiento español.
La victoria en el combate de El Jobito conmocionó a todo el Departamento Oriental y mostró que el Ejército Mambí estaba en condiciones de enfrentar a los colonialistas en esta región y prepararse para empeños mayores como era la invasión a Occidente.
El General Antonio, había llegado a esa región guantanamera el día antes después de realizar varias acciones de importancia en la jurisdicción de Santiago de Cuba, donde atacó con éxito el poblado de El Cristo, a sólo 17 kilómetros de la capital oriental, para marchar después sobre territorio guantanamero, donde se le unieron las tropas de José Maceo, Jesús Rabí y Periquito Pérez, entre otros oficiales.
El combate de El Jobito se inició a las cinco de la mañana del 13 de mayo, cuando la avanzada española casi sorprendió a los mambises del campamento de José Maceo, pero de inmediato la inteligencia del General Antonio, hizo revertir la situación y preparó una serie de emboscadas en forma de herradura, donde quedaron atrapados los 400 soldados del Regimiento Siamancas.
Este combate se extendió durante seis horas y media, de cinco de la mañana a tres y media de la tarde, después de las cuales, los colonialistas huyeron en desbandada dejando sobre el campo varias decenas de muertos, así como decenas de heridos y prisioneros que fueron curados y devueltos posteriormente. En este combate pereció el Teniente Coronel Bosch que mandaba el célebre Regimiento español.
La victoria en el combate de El Jobito conmocionó a todo el Departamento Oriental y mostró que el Ejército Mambí estaba en condiciones de enfrentar a los colonialistas en esta región y prepararse para empeños mayores como era la invasión a Occidente.
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