martes, agosto 06, 2019

A 74 años de la masacre de Hiroshima

Hoy se cumple el aniversario 74 en que en la mañana de aquel 6 de agosto, Estados Unidos lanzaba sobre Hiroshima la primera bomba nuclear de la historia. Desde ese momento los japoneses experimentaban mucho temor e incertidumbre ante la posibilidad de un nuevo ataque.

La primera bomba que cayó sobre Hiroshima era de 3 metros de largo y cuatro toneladas y media de peso y estalló, precisamente, sobre el Hospital Shima, levantando una temperatura de un millón de grados centígrados, matando de inmediato a más de 70 mil personas que se volatizaron y sólo dejaron sobre la tierra sus sombras. En tres kilómetros a la redonda nada quedó.

Aquel ataque nuclear no estaba justificado, ya Japón había sido derrotado en todos los frentes de batalla durante la II Guerra Mundial.

Estados Unidos sólo quería demostrar a la humanidad que ya poseían un arma tremendamente mortífera y estaba dispuesto a usarla donde y cuántas veces fuera necesario.

Para que se tenga una idea del daño causado con esta maligna acción, además de los 70 mil muertos, unas horas antes del Aniversario 58 de la caída de la bomba atómica en Hiroshima, la publicación de un nuevo estudio sobre el tema levantó algunos temores entre los supervivientes de aquella catástrofe, ya que el mismo aseguraba que algunas dosis de radiación podrían haber sido subestimadas.

Los nuevos datos aportaron por primera vez una clara medida respecto a las dosis de neutrones en los supervivientes de Hiroshima, según reveló Tore Trasume, de la Universidad de UTA en Salt Lake City, quien encabezó la investigación. Los supervivientes de la bomba de Hiroshima, lanzada el 6 de agosto de 1945 fueron expuestos a dos tipos de radiación, los rayos gamma y los neutrones.

A más de seis décadas de aquella catástrofe nuclear, aún siguen apareciendo secuelas en los habitantes del lugar, los cuales padecen de diferentes enfermedades y que aún cobra miles de víctimas muriendo de diferentes tipos de cáncer, fragilidad de los huesos, tuberculosis, entre otros padecimientos.

Un día como hoy, 6 de agosto, miles de japoneses rinden homenaje en Hiroshima a las víctimas de aquel genocidio nuclear, clamando por la paz que necesita la humanidad, porque el peligro de una guerra nuclear está latente y las armas prestas a caer en cualquier punto del orbe por la política chantajista e irracional de los mismos que entonces ordenaron los ataques atómicos contra la inocente población japonesa.

Nacionalización de las grandes empresas norteamericanas en Cuba

Puede decirse con toda certeza que el 6 de agosto de 1960 marcó el inicio de la verdadera independencia económica de Cuba, al decretar el Gobierno Revolucionario en esa fecha, mediante la Ley 851, la nacionalización de las grandes empresas norteamericanas radicadas en la isla, que pasaron a ser propiedad del pueblo.

En un acto celebrado en el Estadio del Cerro para clausurar el Primer Congreso Latinoamericano de Juventudes, ese 6 de agosto el Comandante en Jefe, Fidel Castro, primer Ministro del Gobierno revolucionario, leyó la Resolución que nacionalizaba un importante grupo de propiedades norteamericanas en defensa de los intereses del país y del pueblo.

Entre esas propiedades yanquis figuraban varios centrales azucareros de los mejores de la nación, así como las tres refinerías de petróleo existentes en Cuba, Texaco, ESSO, Shell, además de las compañías de Electricidad y Teléfonos, entre otras no menos importantes entidades norteamericanas.
De esta forma, Cuba respondía a las crecientes agresiones económicas estadounidenses contra la isla, fundamentalmente, la rebaja de la cuota azucarera en unas 700 000 toneladas, pretendiendo con ello dar un golpe mortal a la economía cubana, que por esos tiempos dependía fundamentalmente del azúcar.

En septiembre de ese mismo año 1960, Cuba completaría el programa de nacionalización de propiedades norteamericanas con la expropiación de la banca y del resto de las entidades yanquis que aún quedaban en el país.

Mientras que en octubre corrían igual suerte las propiedades de la burguesía criolla, que se había aliado al imperio para crear un caos económico en la nación y con ello el aborto del Proyecto Revolucionario emprendido a partir del Primero de Enero de 1959.

Desde entonces puede asegurarse que los cubanos somos mucho más libres y que la Revolución ha sabido conducir al país por el desarrollo económico sin ataduras foráneas de ningún tipo, a pesar de las dificultades y crisis por las que atraviesa el mundo de hoy.