http://guajiritasoy.blogspot.com/2015/12/nadie-me-obligo-decir-viva-fidelviva-la.html
Estas
vivencias no son de un libro, son extraídas de las raíces del campo, del hombre
que doblaba el lomo de sol a sol y solo sentía el calor abrasador, y no fue
entonces hasta que llegó el Comandante que vio la luz de ese sol.
Ellas no las
dijo mi guajiro padre como para darme instrucciones básicas de buena cubana o buena revolucionaria, son
contadas con el corazón y la mano al lado izquierdo del pecho.
Nunca un padre
le mentiría a una hija, mucho menos quien me sembró los valores y las
convicciones a las que NUNCAAA renunciaría.
Cuando las
rememoro, así como las cuento llegan a mi mente frases como,
“Nacer en Cuba no es una suerte, si no un
privilegio”.
¡! Y créanme
¡!, es una frase que la he oído a
cubanos de cualquier edad, étnia, sexo, filiación religiosa o política.
Nací cuando la Revolución era una
muchacha recién crecida, con ella di mis primeros pasos, mis padres, gente muy
pobre de campo me mostraron bondades que llegaron con Fidel y los barbudos,
porque de lo anterior solo habían recibido el analfabetismo, los despidos, los
echados al camino real, las míseras pagas por jornadas interminables de labor
fuerte.
Nunca mis
viejos me enseñaron a decir ¡!VIVA Fidel!! o ¡!Viva la Revolución!! , ni mis
maestros tampoco, y lo dije, lo repetí y lo repetiré montones de veces, los
motivos sobran, pero tengo además la inigualable posibilidad de vivir en un
país tan libre que, aunque nunca hubiese dado vítores a los líderes o al modelo
económico-social que le puso fin a los oprobiosos años de colonia y neocolonia,
nunca me hubieran perseguido, ni encerrado como desafecta a la Revolución.
Como
millones de cubanos y cubanas, soy la hija de los días, de esos que amanece con
el cantar del gallo y en medio de limitaciones objetivas y subjetivas abrimos
los ojos y solo basta salir a caminar para que la solidaridad tienda su mano, de quien te puede brindar un buche de café,
regalarte un dulce, o simplemente desearte de una acera a otra de la calle, el
mejor de los días.. ¿No es eso solidaridad humana entre nosotros? .!!.Infelices
¡! De los que necesiten prebendas materiales para reconocer ese valor tan
distintivo entre los de pura cepa cubana.
Un hecho
abominable sufrió Cuba, cuando todavía era una niña: Manos terroristas pagadas
por inescrupulosos, pusieron fin a la
vida de 73 personas que regresaban desde Bárbados en un avión de cubana, pues
hicieron estallar una bomba en pleno vuelo….
Solo
mencionar el hecho todavía me conmueve, en aquel entonces, año 1976, toda Cuba se levantó de indignación para
expresar rechazo al mortífero crimen y se levantó también Cuba, viril y
solidaria con los familiares de los muertos en el hecho terrorista., que cegó
la vida a deportistas, estudiantes y a la tripulación de la nave.
¿Somos o no
somos solidarios entre nosotros?
Y volviendo
a pasajes de niña, mis viejos me contaba que los casquitos de Batista cuando
veían a alguien sospechoso, la mayoría de las veces lo conducías hasta la
estación de policías y ahí después que con torturas lo dejaban casi muerto lo
pateaban hacia la calle. Siempre papi terminaba con una frase: “Mija pero llegó
el Comandante y mandó a parar, esos abusos ya se acabaron, hoy las personas si
incurren en delitos son sancionadas, pero con garantías procesales, nada de eso
que de por ser sospechoso ya vas para atrás de la reja, eso se acabó aquí.”
Así lo he
visto en cada paso de la
Revolución, el respeto a las diferencias en todos los
sentidos, como muestra irrefutable de la tolerancia
De aquellas
anécdotas de los viejos, han pasado unos
cuantos años, pero siempre se rememoran con especial apego y en cada nuevo
aniversario de la
Revolución, es
reconfortable volver a ellas, porque un camino como este no puede verse, como algunos ladran que lo
hacemos los revolucionarios, “Con fe
ciega, obtusa, intolerante ..” , por el contrario y es lo más que les preocupa,
lo vemos con optimismo y con deseos de cambiar lo que deba ser cambiado de
acuerdo al momento histórico que vive la patria.
Pudieran
estas, no ser instrucciones básicas para
un buen cubano o revolucionario, pero lo que sí, sobre la base de la historia
oprobiosa que le tocó vivir a Cuba, hoy
con defectos y virtudes esta Revolución, próxima a cumplir 57 años,
seguirá con el agradecimiento eterno para
quienes la aman, y construyen, donde
quiera que estén y para quienes la
reprenden también las gracias, pues casi siempre que el perro ladra es porque
siente delante suyo la cabalgadura.
No hay que
andar detrás de las palabrerías opotunistas de cualquier extremista que se
sienta rasgada su piel.
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