viernes, mayo 28, 2010

Rolando González, maestro de maestro

Por Margarita Piedra Cesar

Santiago de Cuba, ciudad caribeña por excelencia, tiene muchos hijos adoptivos que le han dado renombre a la urbe oriental. Uno de ellos fue el periodista, director de radio y televisión, escritor, documentalista, actor y cronista, Rolando González Rodríguez.

Hoy 28 de mayo, fecha de su nacimiento lo recordamos con mucho cariño, a quien siempre tuvo una enseñanza para los que mostraran interés en el difícil arte de hacer radio y televisión, al maestro de maestro, hecho cronista de esta heroica ciudad que inmortalizó con variados programas de radio y televisión dedicados a dar a conocer sobre todo lo relacionado con el terruño. Guión 5, De Santiago, Domingo 11 p.m., El Santiago que yo conocí, Remembranzas y algo más, Desde Santiago fueron algunos de estos programas.

Fue ganador de innumerables premios periodísticos y de realización de radio y televisión, imposibles de enumerar.

Rolo, como le llamaban sus amigos, era natural de Unión de Reyes en la provincia de Matanzas y desde pequeño vino a vivir con sus padres a Santiago de Cuba, la ciudad que a decir de él, era hijo adoptivo por preferencia. Supo como el auténtico santiaguero hurgar en nuestras raíces, cultura, idiosincrasia, religión, entre otros temas que fueron de su preferencia.

Fue fundador de la Filial de Cine, Radio y Televisión de la Unión de Artistas y Escritores de Cuba en el territorio oriental, Rolando González Rodríguez fue su primer Presidente y el iniciador del Concurso Caracol Santiago, evento que ya tiene un aval de buen hacer con la participación de realizadores y especialistas de todo el país.

Así lo recordamos, amante de la naturaleza, de lo bello, de la amistad, trabajador infatigable y sin horarios, con su carácter a veces explosivo, pero otras tan dulce como la miel, en el conversatorio que se hizo habitual cada tarde en la terraza de su casa con los amigos donde degustábamos el café cortadito, siempre con la palabra crear entre sus labios.

A Rolo lo despedimos el 11 de febrero de 2000, pero vive entre nosotros, sigue viviendo intensamente en plena madurez de la creación como cuando salió al viaje eterno; por eso cada año el Caracol Santiago le rinde tributo con el premio a la excelencia creadora "Rolando González in Memoriam".

martes, mayo 25, 2010

El café, estimulante néctar que adoran los cubanos

Por Margarita Piedra Cesar  

Bien pudiera decirse que los cubanos somos "fanáticos" a ingerir café, esa estimulante infusión que muchos llaman el néctar negro de los dioses, pero que consumida en exceso puede ser perjudicial a la salud.

El café es la semilla del cafeto, un árbol originario de Arabia que se extendió por toda la parte oriental del mundo durante el siglo XV y después a Europa, desde donde lo llevaron los franceses a Las Antillas en el siglo XVII y luego lo trajeron a la zona suroriental cubana, cuando se produjo el triunfo del Movimiento Revolucionario en Haití en 1848. Desarrollaron su cultivo en las montañas de este territorio oriental de Cuba, fundamentalmente en las regiones de Guantánamo y Santiago de Cuba.

Sobre el café escribió José Martí: "Jugo rico, fuego suave, sin llama y sin ardor... El café tiene un misterioso comercio con el alma. Elimina las profundidades interiores, y las envía en fogosos y preciosos conceptos a los labios".

Y esa estimulante bebida también tiene su leyenda. Cuentan que la planta del cafeto, apareció primero en Abisinia, hoy Etiopía, donde un pastor se sorprendió al notar que unas cabras estaban saltando y sus balidos eran incitantes, lo cual era provocado por las semillas que comían de un árbol existente en los contornos. Aquel pastor etíope se comió las enrojecidas semillas sin esperar que se
Carbonizaran y nuevas energías lo movieron, su cabeza humillada se alzó por una fuerza misteriosa, sintiéndose iluminado por la razón.

Los peregrinos mahometanos llevaron consigo las diabólicas semillas a la Meca, y el café fue bebida destinada por Mahoma a los fieles de Alá. Dicen que un árabe pobre apenado por la imposibilidad de seguir leyendo durante la noche los versículos del Corán, le imploró a Alá para que le ayudara y el profeta lo enseñó a preparar y a beber la avivadora bebida proveniente de la infusión de las semillas tostadas del café.

Esa es la leyenda, pero lo cierto es que el café pasó a Turquía y de ahí se extendió por toda Europa Occidental y más tarde por Las Antillas, Las Américas y El Caribe.

Cuba no figura entre los países más productores de café, sin embargo, puede considerarse como la infusión más preciada del país, siendo las provincias más cosechadoras de la aromática semilla, las de Santiago de Cuba y Guantánamo.

Antes de finalizar este comentario queremos ofrecerles otros conceptos de Martí sobre el café: "aviva y acelera toda la ágil sangre de mis venas. Dispone los miembros a la batalla y a la carrera, limpia de humanidades el espíritu, aguza y adereza las potencias, dispara el alma a la recepción de misteriosos visitantes y a tanta audacia, grandeza y maravilla".