sábado, marzo 13, 2010

El 13 de Marzo y el Asalto al Palacio Presidencial

Las acciones del 13 de marzo de 1957: el asalto al Palacio Presidencial y la toma de Radio Reloj, tuvieron también una importancia estratégica en el largo camino de los cubanos por la independencia.

Aquella gesta no tuvo el éxito esperado, pero como señalara el líder de las acciones, José Antonio Echeverría, entonces presidente de la FEU, la conmoción causada por esos hechos repercutieron en la conciencia del pueblo para continuar la lucha abierta contra la tiranía batistiana.

Algunos pretendieron a raíz de aquellas acciones, tildar de aventurera y unilateral la responsabilidad del Directorio Revolucionario, dirigido por José Antonio, de realizar el asalto al Palacio Presidencial, al margen de la lucha que se desarrollaba ya en llanos y montañas, encabezada por el 26 de Julio.

Más la verdad histórica puso de manifiesto lo contrario, pues la estrategia del Directorio había sido concebida entre el presidente de la FEU y Fidel, en agosto de 1956, antes de que el Granma partiera desde Méjico y se hizo efectivo en el momento adecuado.

La Federación de Estudiantes Universitarios, creada por Julio AntonioMella, nunca estuvo al margen de ningún esfuerzo de nuestro pueblo por su libertad. Eso quedó demostrado el 13 de marzo de 1957 y después hasta el término de la guerra revolucionaria.

"Si caemos, que nuestra sangre señale el camino de la libertad", así escribió José Antonio Echeverría en ese mensaje que hizo llegar a todo el pueblo a través de Radio Reloj, lo que fue considerado su testamento político.

53 años después el mensaje y la voz de José Antonio siguen presente en el estudiantado cubano cumpliendo hoy tareas tan importantes como hacer avanzar la Revolución y sobre todo, defender sus conquistas por la cual ofrendaron sus vidas los que un día como hoy fueron al combate pensando solo en la libertad.

viernes, marzo 12, 2010

A 49 años de un crimen terrorista de la CIA

 Por Margarita Piedra Cesar


En la extensa y sangrienta historia de hechos terroristas cometidos por Estados Unidos contra Cuba, desde los primeros meses del triunfo de la Revolución en 1959, se inscribe la agresión de que fue objeto el 12 de marzo de 1961 la Refinería Hermanos Díaz, de esta ciudad y que dejó un saldo de una persona muerte, otra herida de gravedad y cuantiosos daños materiales.

En la madrugada de esa fecha, una lancha pirata artillada con grueso calibre y tripulada por un comando de la Agencia Central de Inteligencia, CIA, penetró en la bahía santiaguera y disparó varias andanadas contra las instalaciones de la Refinería de Petróleo santiaguera, ubicada en una de las márgenes de la rada, con el propósito de destruirla.

Esa lancha pirata y su tripulación habían sido transportadas hasta cerca de las costas de Santiago de Cuba, por el buque Bárbara J, y tras el ataque volvió a recoger a los agresores alejándose de la zona.

Durante el criminal sabotaje resultó muerto el miembro de la Marina de Guerra Revolucionaria, René Rodríguez Hernández, de 27 años, quien repelió la agresión. Además resultó gravemente herido otro de los custodios de la instalación, el joven Roberto Ramón Castro, de 19 años de edad.

El marino René Rodríguez era casado y padre de cuatro hijos, el último de los cuales no conoció, ya que al morir víctima de la agresión su esposa se encontraba en estado de gestación.

Como resultado del criminal ataque terrorista, los disparos de grueso calibre alcanzaron la torre de la planta de destilación, la cual se incendió. De igual forma, el comando saboteó la torre del tendido eléctrico que llevaba la energía a la industria. En total el costo de los daños materiales causados por la agresión se elevó a más de 75 325 pesos.

Esta refinería santiaguera, objeto de la agresión, perteneció al consorcio norteamericano Texaco y fue nacionalizada por la Revolución el 6 de agosto de 1960, junto con otras dos industrias similares ubicadas en la capital cubana y que se habían negado a refinar el crudo procedente de la Unión Soviética, cuando Estados Unidos cortó el suministro de petróleo a la isla.

Detalles de este criminal sabotaje fueron reseñados en un informe de octubre de 1961 por el Inspector General de la CIA, Lyman Kirkpatrick, el cual fue desclasificado por el gobierno estadounidense en 1998.