domingo, septiembre 26, 2010

Cuando Fidel expuso nuestra verdad en 1060 en la ONU

Por Margarita Piedra Cesar

Todos los cubanos estabamos expectantes, ese 26 de septiembre hablaría Fidel en la ONU, su estancia en Nueva York aunque había sido muy fructífera por la acogida de los amigos de Cuba, como siempre acostumbra el imperio, había tenido sus trampas delegación porque que lo acompañó fue confinada a la isla de Manhattan, durante su permanencia en ese país para participar en los debates de la Asamblea General de la ONU, decisión que provocó la protesta de la delegación cubana, porque ello violaba los principios establecidos por la Organización de Naciones Unidas.

Pero en respuesta a la absurda decisión del gobierno yanqui, el Comandante en Jefe Fidel Castro y sus acompañantes, decidieron alojarse en el Hotel Therese, ubicado en la barriada afronorteamericana de Harlem, lugar donde la delegación cubana fue acogida con gran beneplácito por su gerencia y trabajadores.

No obstante, en el propio hotel Therese, el Primer Ministro del Gobierno Revolucionario de Cuba fue objeto de numerosas visitas de personalidades asistentes al cónclave mundial, entre ellos el presidente egipcio, Gamal Abdel Nasser, el Primer Ministro Indio Jawaharlal Nehru, el Primer Ministro soviético Nikita Jruschov y el dirigente negro estadounidense Malcom X.

Hoy le tocaba su turno de pronunciar un memorable discurso que se extendió durante cinco horas y 18 minutos, el más largo que se haya escuchado en la sede de la ONU en toda su historia y así está asentado en el libro de Record Güines. Todos los cubanos lo escuchamos, como siempre fue una clase magistral de dignidad, de la que estamos embestidos los cubanos.Y si de hablar claro se trata, él habló muy claro como acostumbra a hacerlo:  “Eso sí,  venimos a hablar claro (…) Nuestra oportunidad para decir la verdad es esta, y no dejaremos de decirla”, dijo así, denunciando además el trato vejaminoso que había tenido la delegación cubana.

Su discurso fue interrumpido en treinta ocasiones por los aplausos y no dejó de esclarecer la posición y la línea de la Revolución cubana, la cual estará siempre al lado de lo justo, contra el coloniaje, la explotación, los monopolios, el militarismo, la carrera armamentista, y contra el juego de la guerra. Y cuán claras fueron sus palabras que hoy tienen plena vigencia duando el mundo está al borde de un holocausto nuclear si de una guerra se trata.

Fidel comenzó su intervención a las 2 y 57 de la tarde y concluyó su intervención a las 8 y 15 de la noche, la misma terminó con una prolongada ovación de los asistentes y el saludo personal de muchos de los que allí estaban presentes, algo inusual en ese foro mundial.

Por eso era necesario recordar esta página de nuestra historia en las arenas internacionales. Hoy nuestro Fidel, nuestro eterno Comandante en Jefe sigue batallando con su verbo claro y contundente contra todos los males que asedian a la humanidad, contra ese imperio que más tarde que nunca caerá.