sábado, agosto 06, 2011

Nacionalización de grandes empresas yanquis

Por Margarita Piedra Cesar

Puede decirse con toda certeza que el 6 de agosto de 1960 marcó el inicio de la verdadera independencia económica de Cuba, al decretar el Gobierno Revolucionario en esa fecha, mediante la Ley 851, la nacionalización de las grandes empresas norteamericanas radicadas en la isla, que pasaron a ser propiedad del pueblo.

En un acto celebrado en el Estadio del Cerro para clausurar el Primer Congreso Latinoamericano de Juventudes, ese 6 de agosto el Comandante en Jefe, Fidel Castro, primer Ministro del Gobierno revolucionario, leyó la Resolución que nacionalizaba un importante grupo de propiedades norteamericanas en defensa de los intereses del país y del pueblo.

Entre esas propiedades yanquis figuraban varios centrales azucareros de los mejores de la nación, así como las tres refinerías de petróleo existentes en Cuba, Texaco, ESSO, Shell, además de las compañías de Electricidad y Teléfonos, entre otras no menos importantes entidades norteamericanas.

De esta forma, Cuba respondía a las crecientes agresiones económicas estadounidenses contra la isla, fundamentalmente, la rebaja de la cuota azucarera en unas 700 000 toneladas, pretendiendo con ello dar un golpe mortal a la economía cubana, que por esos tiempos dependía fundamentalmente del azúcar.

En septiembre de ese mismo año 1960, Cuba completaría el programa de nacionalización de propiedades norteamericanas con la expropiación de la banca y del resto de las entidades yanquis que aún quedaban en el país.

Mientras que en octubre corrían igual suerte las propiedades de la burguesía criolla, que se había aliado al imperio para crear un caos económico en la nación y con ello el aborto del Proyecto Revolucionario emprendido a partir del Primero de Enero de 1959.

Desde entonces puede asegurarse que los cubanos somos mucho más libres y que la Revolución ha sabido conducir al país por el desarrollo económico sin ataduras foráneas de ningún tipo, a pesar de las dificultades y crisis por las que atraviesa el mundo de hoy.

viernes, agosto 05, 2011

Federico Engels: un revolucionario de extraordinarias condiciones

Por Margarita Piedra Cesar


La fecha de hoy, 5 de agosto, marca el 116 aniversario de la muerte, a la edad de 75 años, de ese gran pensador, filósofo, economista y político que fue Federico Engels, quien junto a Carlos Marx elaborara en 1848 el “Manifiesto Comunista”, dotando a la clase obrera de un documento programático, base del primer partido proletario que tuvo la doctrina del Comunismo Científico.

Junto a Carlos Marx, Federico Engels supo interpretar el papel que le tocaba jugar al proletariado en la lucha revolucionaria por su emancipación, al conocer en carne propia la tragedia de los obreros, pues compartió con ellos no pocas penas y vicisitudes en diferentes países, fundamentalmente en su natal Alemania y en Inglaterra.

Engels fue el más cercano colaborador de Carlos Marx en la creación y elaboración de su obra cumbre: “El Capital”, donde descubrieron y fundamentaron científicamente las leyes objetivas del desarrollo de la sociedad y la misión histórica del proletariado como sepulturero del capitalismo.

En dicha obra, ambos pensadores explicaron claramente el nacimiento de El Capital su acumulación originaria y otras teorías económicas, algunas de las cuales aún tienen plena vigencia.

Después de la muerte de Carlos Marx en 1883, Federico Engels se encargó de concluir y publicar ese importantísimo tratado que es El Capital, dotando al proletariado y a los economistas más avanzados de la época de una doctrina reveladora de los males que traían aparejados el capitalismo como sistema social y que hoy pueden apreciarse claramente.

116 años después de su muerte el 5 de agosto de 1895, a Federico Engels se le recuerda como lo que verdaderamente fue: un revolucionario de extraordinarias condiciones, creador junto a Carlos Marx de un sistema, que más temprano que tarde se impondrá en el mundo por su justeza: El Socialismo y su fase más avanzada, el Comunismo.

jueves, agosto 04, 2011

Henry Reeve: símbolo de solidaridad

Por Margarita Piedra Cesar

Para los cubanos y para millones de seres en el mundo, el nombre de Henry Reeve nos resulta familiar y símbolo de la solidaridad humana expresada en la Brigada Médica Cubana, que se creó el 4 de septiembre de 2005, con el propósito de socorrer a los damnificados por el Huracán Katrina, en New Orleáns, Estados Unidos, negándose el gobierno de ese país a aceptar esa ayuda desinteresada que le ofrecía Cuba.

Después la Brigada Henry Reeve, sus hombres y mujeres llegado a Pakistán, Indonesia, y Haití afectadas por desastres naturales para salvar miles de vidas y prestarle atención a millones de personas mediante consultas hospitalarias.

¿Y quién fue Henry Reeve?, un joven patriota norteamericano, nacido en New York, el 4 de abril de 1850, que adquirió experiencia militar en la guerra de su país y que vino a Cuba para en gesto de altruismo y solidaridad tomar parte en la lucha independentista, incorporándose a la misma por el territorio camagüeyano bajo el mando del Mayor General Ignacio Agramonte, de quien fue su lugarteniente. Después fue subordinado a las tropas del generalísimo Máximo Gómez.

Henry Reeve participó en diversos combates donde descolló como guerrero y estratega y fue uno de los que al mando de Agramonte ejecutaron el célebre rescate de Julio Sanguily arrebatándoselo de la mano a una poderosa columna española que lo conducía prisionero.

Varios días después de la muerte del Mayor Ignacio Agramonte, el joven brigadier Henry Reeve, atacó una guerrilla de voluntarios a la cual le causó varias bajas y después de tomar Máximo Gómez el mando del Camagüey, le asignó a Reeve la dirección de una caballería de 100 jinetes, que fue pronto muy respetada por los españoles.

En un ataque a la localidad de Santa Cruz del Sur, el 28 de septiembre de 1873, Reeve resultó herido de gravedad en su pierna derecha, la que le fue amputada. A principios de 1875, el Inglesito, como le llamaban a este joven norteamericano, asumió el mando del territorio del Camagüey con una fuerza cercana al millar de hombres, realizando una activa campaña en esa región caracterizada por su gran movilidad.

El 4 de agosto de 1876 en el Combate de Yaguaramas, cerca de Cienfuegos, Henry Reeve cayó enfrentando a los colonialistas españoles, cuando solo tenía 26 años de edad. Al morir El Inglesito ostentaba el grado de general de brigada.      

135 años después de su muerte, el nombre de Henry Reeve, un hijo del pueblo norteamericano, constituye un símbolo de la solidaridad de Cuba, expresada en la Brigada Médica que lleva su nombre, un destacamento de profesionales y trabajadores de la salud, dedicados a salvar vidas en cualquier rincón del mundo donde lo requieran. Ningún homenaje mejor a tan noble hijo de Estados Unidos, y también de Cuba.