viernes, abril 12, 2013
Experimenta cambios proceso de ingreso a la educación superior
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Incrementa sus ventas y ofertas empresa pesquera santiaguera
Más de 40 millones de pesos se ha propuesto ingresar este año la empresa pesquera de Santiago de Cuba con el incremento de sus ventas a la población.
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Se prepara movimiento obrero santiaguero para celebración del Primero de Mayo
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jueves, abril 11, 2013
Laboratorio farmacúetico Oriente y sus 40 años de vida
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Brinda servicios Crematorio de Santiago de Cuba
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Restauran obras socio-culturales como homenaje al aniversario 60 del Moncada
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Ejecutan proyecto de reparación del antiguo Cuarrel de Concha
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Martí y Gómez: desembarco por Playitas de Cajobabo
Sin ser un hombre netamente de acción, José Martí echó sobre sus hombros
la gigantesca tarea de reorganizar el reinicio de la lucha en la Isla, a
la que llamó "La Guerra Necesaria", para arrancarle al colonialismo
español la independencia como única solución para conquistarla.
Pero Martí tenía un gran sentido moral del deber y jamás eludió la responsabilidad de ponerse al frente de la guerra, muy a pesar de lo que le recomendaban otros patriotas y amigos, que su lugar de combate estaba en el extranjero, precisamente por ser él un hombre no habituado a los avatares de una confrontación en la manigua.
En ese sentido, José Martí señalaba: "El hombre de actos solo respeta al hombre de actos. El que ha encarado mil veces la muerte y llegó a conocerle la hermosura, no acata ni puede acatar la autoridad de los que le temen a la muerte"
Honrando esas palabras, es que el 11 de abril de 1895, José Martí junto a Máximo Gómez y otra veintena de patriotas, desembarca por Playitas de Cajobabo, en la región de Guantánamo, para sumarse a la guerra, que ya se había reiniciado en la isla desde el 24 de febrero de ese año con el Grito de Baire.
Al contrario de lo que le había sucedido a la expedición de Flor Crombet y los hermanos Antonio y José Maceo, quienes tuvieron que combatir tras el desembarco días antes por Baracoa, José Martí y Máximo Gómez no afrontaron mayores dificultades para entrar en la Isla sin ser descubiertos y pudieron moverse rápidamente por la región en busca de las huestes mambisas.
Cuentan que por esos días de abril de 1895 José Martí estaba muy contento, como niño con juguete nuevo, porque se encontraba de nuevo en la Patria y se cumplía su gran anhelo de incorporarse a la guerra, para reafirmar lo que había dicho: "La razón si quiere guiar, tiene que entrar en la caballería y morir para que la respeten los que saben morir"
A 118 años del desembarco de José Martí y Máximo Gómez por Playitas de Cajobabo, recordemos ese hecho con la enseñanza que nos dejó: un revolucionario jamás puede eludir el deber de luchar por la Revolución y defenderla hasta sus últimas consecuencias.
Pero Martí tenía un gran sentido moral del deber y jamás eludió la responsabilidad de ponerse al frente de la guerra, muy a pesar de lo que le recomendaban otros patriotas y amigos, que su lugar de combate estaba en el extranjero, precisamente por ser él un hombre no habituado a los avatares de una confrontación en la manigua.
En ese sentido, José Martí señalaba: "El hombre de actos solo respeta al hombre de actos. El que ha encarado mil veces la muerte y llegó a conocerle la hermosura, no acata ni puede acatar la autoridad de los que le temen a la muerte"
Honrando esas palabras, es que el 11 de abril de 1895, José Martí junto a Máximo Gómez y otra veintena de patriotas, desembarca por Playitas de Cajobabo, en la región de Guantánamo, para sumarse a la guerra, que ya se había reiniciado en la isla desde el 24 de febrero de ese año con el Grito de Baire.
Al contrario de lo que le había sucedido a la expedición de Flor Crombet y los hermanos Antonio y José Maceo, quienes tuvieron que combatir tras el desembarco días antes por Baracoa, José Martí y Máximo Gómez no afrontaron mayores dificultades para entrar en la Isla sin ser descubiertos y pudieron moverse rápidamente por la región en busca de las huestes mambisas.
Cuentan que por esos días de abril de 1895 José Martí estaba muy contento, como niño con juguete nuevo, porque se encontraba de nuevo en la Patria y se cumplía su gran anhelo de incorporarse a la guerra, para reafirmar lo que había dicho: "La razón si quiere guiar, tiene que entrar en la caballería y morir para que la respeten los que saben morir"
A 118 años del desembarco de José Martí y Máximo Gómez por Playitas de Cajobabo, recordemos ese hecho con la enseñanza que nos dejó: un revolucionario jamás puede eludir el deber de luchar por la Revolución y defenderla hasta sus últimas consecuencias.
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miércoles, abril 10, 2013
Funcionan los 75 círculos infantiles afectados por Sandy
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Exposición homenaje a Grupo Antillano
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10 y 11 de abril : Tres hechos históricos
Por esos hilos invisibles que unen a los acontecimientos históricos, las fechas del 10 y 11 de abril entrelazan tres efemérides significativas de la lucha de nuestro pueblo por su independencia: La Asamblea y Constitución de Guáimaro en 1869, la Fundación del Partido Revolucionario Cubano en 1892 y el Desembarco por Playitas de Cajobabo de José Martí en 1895, para incorporarse a la guerra necesaria que él había convocado.
La Asamblea y Constitución de Guáimaro al estilo del mundo occidental representó un absurdo en medio de la lucha armada por la independencia, ya que llegó a adoptar una forma republicana de parlamento, es decir, poder judicial, poder ejecutivo y poder legislativo, en zonas controladas por los mambises.
Carlos Manuel de Céspedes, nombrado en Guáimaro Presidente de la República en Armas, se opuso a tal institución porque él consideraba que la autoridad no debía estar dividida y que la unidad de mando era el camino más acertado para hacer la Revolución. La vida y los hechos demostraron después lo acertado de ese pensamiento del Padre de la Patria.
Al fundar el 10 de abril de 1892 el Partido Revolucionario Cubano, José Martí tomó la experiencia de la guerra grande y concibió esa organización para unir voluntades de todos los cubanos dispuestos a luchar por la independencia, considerando que dirigir la contienda con criterio político era la única forma de ganar la guerra y que la dirección debía ser unificada, teniendo como máximo representante el Partido.
El Partido Revolucionario Cubano fue el primero creado en América y en el mundo para dirigir una guerra anticolonial y de independencia, guerra que se reinicio el 24 de febrero de 1895 con el Grito de Baire y bajo la dirección de ese Partido.
Consecuente con ese principio fue que el 11 de abril de 1895, Martí desembarcó junto a Máximo Gómez por Playitas de Cajobabo, en la región de Guantánamo, para ponerse al frente de la guerra y aunque él era un hombre no hecho aparentemente para esos menesteres, enfrentó ese desafío hasta sus últimas consecuencias, la muerte.
En ese sentido, Martí había expresado: “El hombre de actos sólo respeta al hombre de actos. (…) La razón, si quiere ganar, tiene que estar en la caballería y morir, para que la respeten los que saben morir”
La Asamblea y Constitución de Guáimaro al estilo del mundo occidental representó un absurdo en medio de la lucha armada por la independencia, ya que llegó a adoptar una forma republicana de parlamento, es decir, poder judicial, poder ejecutivo y poder legislativo, en zonas controladas por los mambises.
Carlos Manuel de Céspedes, nombrado en Guáimaro Presidente de la República en Armas, se opuso a tal institución porque él consideraba que la autoridad no debía estar dividida y que la unidad de mando era el camino más acertado para hacer la Revolución. La vida y los hechos demostraron después lo acertado de ese pensamiento del Padre de la Patria.
Al fundar el 10 de abril de 1892 el Partido Revolucionario Cubano, José Martí tomó la experiencia de la guerra grande y concibió esa organización para unir voluntades de todos los cubanos dispuestos a luchar por la independencia, considerando que dirigir la contienda con criterio político era la única forma de ganar la guerra y que la dirección debía ser unificada, teniendo como máximo representante el Partido.
El Partido Revolucionario Cubano fue el primero creado en América y en el mundo para dirigir una guerra anticolonial y de independencia, guerra que se reinicio el 24 de febrero de 1895 con el Grito de Baire y bajo la dirección de ese Partido.
Consecuente con ese principio fue que el 11 de abril de 1895, Martí desembarcó junto a Máximo Gómez por Playitas de Cajobabo, en la región de Guantánamo, para ponerse al frente de la guerra y aunque él era un hombre no hecho aparentemente para esos menesteres, enfrentó ese desafío hasta sus últimas consecuencias, la muerte.
En ese sentido, Martí había expresado: “El hombre de actos sólo respeta al hombre de actos. (…) La razón, si quiere ganar, tiene que estar en la caballería y morir, para que la respeten los que saben morir”
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martes, abril 09, 2013
La Huelga del 9 de Abril: sus experiencias
El 9 de abril de 1958, hace hoy 55 años se produjo en Cuba una Huelga General convocada por el Movimiento Revolucionario 26 de Julio, que tenía entre sus objetivos precipitar la caída del régimen dictatorial existente en la isla desde siete años atrás.
Esa huelga, sin embargo, no tuvo el éxito esperado y más bien mostró que la clase obrera cubana de entonces aún no estaba preparada, ni objetiva ni subjetivamente, para el propósito concebido, además de evidenciar serias contradicciones en la Dirección Nacional Revolucionaria, y sobre todo, en la conducción de la lucha tanto en el llano como en las montañas.
Asimismo el fracaso de esa huelga provocó la pérdida de más de un centenar de valiosas vidas de revolucionarios, fundamentalmente, en la lucha clandestina urbana y envalentonó al régimen tiránico para lanzar una ofensiva general contra la Sierra Maestra, empleando más de 10 mil soldados con el fin de acabar con el movimiento guerrillero en las montañas.
Por esos días, en carta dirigida a Faustino Pérez, Coordinador del Movimiento 26 de Julio en La Habana, el Comandante en Jefe Fidel Castro le expresó: "Tengo la más firme esperanza de que en menos tiempo de los que muchos son capaces de imaginar habremos convertido la derrota en victoria"
En ese sentido, a principios de mayo de 1958 se llevó a cabo en la Sierra Maestra una reunión de la Dirección Nacional del Movimiento 26 de Julio, donde se analizó el resultado negativo de la Huelga General del 9 de abril, reestructurándose la organización revolucionaria, sobre la base del reconocimiento del papel de vanguardia del Ejército Rebelde en la lucha, constituyéndose un mando único, encabezado por el Comandante en Jefe, Fidel Castro, para dirigir ambas formas de combate.
Fue esa una reunión vital y sus decisiones acertadas, pues el Movimiento Revolucionario Cubano pudo a partir de ese momento incrementar la lucha clandestina en el llano, el Ejército Rebelde enfrentar la poderosa ofensiva lanzada por el régimen contra las montañas, y en pocos meses pasar a la contraofensiva que llevó a la Revolución a derrotar la dictadura de Fulgencio Batista apenas 8 meses después.
Como expresara Fidel: "La huelga del 9 de abril fue una batalla perdida, pero no la guerra". Esa fue sin dudas, la principal enseñanza de ese hecho histórico acaecido hace hoy 55 años.
Esa huelga, sin embargo, no tuvo el éxito esperado y más bien mostró que la clase obrera cubana de entonces aún no estaba preparada, ni objetiva ni subjetivamente, para el propósito concebido, además de evidenciar serias contradicciones en la Dirección Nacional Revolucionaria, y sobre todo, en la conducción de la lucha tanto en el llano como en las montañas.
Asimismo el fracaso de esa huelga provocó la pérdida de más de un centenar de valiosas vidas de revolucionarios, fundamentalmente, en la lucha clandestina urbana y envalentonó al régimen tiránico para lanzar una ofensiva general contra la Sierra Maestra, empleando más de 10 mil soldados con el fin de acabar con el movimiento guerrillero en las montañas.
Por esos días, en carta dirigida a Faustino Pérez, Coordinador del Movimiento 26 de Julio en La Habana, el Comandante en Jefe Fidel Castro le expresó: "Tengo la más firme esperanza de que en menos tiempo de los que muchos son capaces de imaginar habremos convertido la derrota en victoria"
En ese sentido, a principios de mayo de 1958 se llevó a cabo en la Sierra Maestra una reunión de la Dirección Nacional del Movimiento 26 de Julio, donde se analizó el resultado negativo de la Huelga General del 9 de abril, reestructurándose la organización revolucionaria, sobre la base del reconocimiento del papel de vanguardia del Ejército Rebelde en la lucha, constituyéndose un mando único, encabezado por el Comandante en Jefe, Fidel Castro, para dirigir ambas formas de combate.
Fue esa una reunión vital y sus decisiones acertadas, pues el Movimiento Revolucionario Cubano pudo a partir de ese momento incrementar la lucha clandestina en el llano, el Ejército Rebelde enfrentar la poderosa ofensiva lanzada por el régimen contra las montañas, y en pocos meses pasar a la contraofensiva que llevó a la Revolución a derrotar la dictadura de Fulgencio Batista apenas 8 meses después.
Como expresara Fidel: "La huelga del 9 de abril fue una batalla perdida, pero no la guerra". Esa fue sin dudas, la principal enseñanza de ese hecho histórico acaecido hace hoy 55 años.
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