Y madre, dígasele como se le diga, en este o en cualquier idioma, es la palabra más hermosa del mundo y de la vida... Y es que madre encierra todo el amor, la ternura, la bondad y el cariño que pueda profesar el ser humano.
Y habrá un día para ellas, como este segundo domingo de mayo, pero para las madres han de ser todos los días de la vida y aún así sería poco para decirles y darles todo lo que ellas merecen.
Y es que el amor de madre es un amor sin paralelos, sin fronteras, sin condiciones, es un amor puro y limpio como el alma, porque el amor de madre es eso: alma.
Y aunque este día de las madres amanezcamos dándoles un beso y regalándoles una flor, aunque estemos junto a ellas todo el día para hacerle más agradable la fecha, la madre o mamá, mami, mima, llámele usted como le llame, nos estarán viendo de otra forma, recordando tal vez el día en que nos concibieron con pasión, los meses de embarazo o el día del parto, o las veces que nos amamantaron, o las mil y una noches de desvelos ante nuestra cuna... y quizás, se representarán en su mente cada uno de nuestros pasos en la vida desde que comenzamos a andar hasta hoy.
Tal vez por eso vemos que sus ojos se empañan de lágrimas o las derraman silenciosamente, por la dicha de estar en un día como el de Las Madres a su lado. O tal vez nos regalen una amplia y bella sonrisa, como sólo una madre sabe hacerlo, o nos acaricien el cabello, como cuando éramos niños.
Así es el amor de madre, no el de hoy, sino el de todos los días. Paguémosle entonces de la mejor manera, dándole más amor y más cariño, queriéndola mucho más, entregándole siempre nuestros corazones y convirtiendo en realidad esa bella imagen del poeta cuando dijo: " Solo el amor alumbra lo que perdura"¨...!Qué ellas perduren siempre en nosotros!
...Gracias madre por hacer que existamos.
¡Felicidades y un beso grande, el más grande del mundo en dondequiera que estés!
