domingo, mayo 01, 2011

1º de Mayo de 1959 Revolucionario en Cuba

Por Margarita Piedra Cesar

El 1º de Mayo de 1959 por primera vez en su historia los trabajadores cubanos pudieron celebrar libremente el Día Internacional de la clase obrera sin temor a brutales represalias de la policía y el ejército.

En Santiago de Cuba, capital de la entonces provincia de Oriente, la actividad central de la efemérides proletaria se efectuó en la explanada de Trocha y Carretera del Morro, la cual fue presidida por el Comandante Ernesto Che Guevara, constituyendo esta su primera visita a la Cuna de la Revolución.

Ese 1º de Mayo de 1959 era viernes y el día se presentó con una pertinaz lluvia que no impidió la lucidez del entusiasta desfile de los trabajadores que por primera vez no enarbolaban pancartas pidiendo reivindicaciones, sino carteles saludando el triunfo de la Revolución y a sus dirigentes.

Las palabras de este 1º de Mayo de 1959 en Santiago de Cuba estuvieron a cargo del Comandante Ernesto Che Guevara, quien expresó su satisfacción por encontrarse en la ciudad indómita y hospitalaria y reconoció el entusiasmo de la clase obrera del territorio y su fidelidad a la Revolución.

Quedó tan entusiasmado el Che de su participación en esta efemérides en Santiago de Cuba que prometió regresar al año próximo para festejar la fecha de la clase obrera junto a los santiagueros, promesa que cumplió al siguiente año, 1960.

Ese propio día también tuvieron celebraciones importantes los camagüeyanos, cuya actividad por el 1º de Mayo la encabezó el Comandante Camilo Cienfuegos, mientras que en la Plaza Cívica de La Habana, hoy Plaza de la Revolución, el desfile fue presidido por el entonces Comandante Raúl Castro Ruz.

En tanto, ese mismo día de 1959 llegaba a Argentina el Comandante en Jefe Fidel Castro, primer Ministro del Gobierno Revolucionario de Cuba, para participar en la Conferencia de los 21, donde intervino el día 2 planteando, que había llegado la hora que los pueblos del Continente hicieran un esfuerzo serio para encontrar una solución a raíz de sus males, que eran de carácter económico.