sábado, diciembre 24, 2011

Pascuas sangrientas, triste página de nuestra historia

Por Margarita Piedra Cesar

En diciembre de 1956, hace ahora 55 años, la población de la región norte de la entonces provincia de Oriente, vivió días terribles, cuando a partir del día 24 fueron asesinados 23 revolucionarios de diferentes filiaciones políticas, cuyo objetivo común era luchar por la libertad de Cuba.

Esta matanza a la que el pueblo llamó las Pascuas Sangrientas, fue obra del siniestro coronel Fermín Cowley Gallego, Jefe del Regimiento 8, de Holguín, con el conocimiento y consentimiento del dictador cubano, Fulgencio Batista y del Jefe del Estado Mayor del Ejército, General Francisco Tabernilla.

Los crímenes de las Pascuas Sangrientas se iniciaron el 24 de diciembre cuando un guardajurado asesinó a la salida de la Planta de Níquel de Nicaro, a Rafael Orejón, quien era Jefe del Movimiento 26 de Julio en esa localidad nororiental. Asimismo, el 25 de diciembre fue detenido en una calle de Holguín, el Jefe del Movimiento 26 de Julio en esa ciudad, Pedro Díaz Coello, cuyo cuerpo apareció posteriormente pendiendo de un árbol, con señales de golpes, tortura y una puñalada debajo de las costillas.

Otros revolucionarias que fueron asesinados durante las Pascuas Sangrientas, fueron el militante del Movimiento 26 de Julio en Holguín, Luis Peña; el dirigente del Partido Socialista Popular en esa ciudad, Jesús Feliú Leyva; José Mendoza, fundador del Partido Ortodoxo en el barrio de San Andrés; el líder azucarero del central Marcané, Loynaz Hechavarría; así como el activo militante comunista de Puerto Padre, Alejo Tomás López.

En total los asesinados fueron 23 y el número pudo ser mayor si algunos de los que estaban en la lista negra no hubiesen escapado a tiempo de las manos de los esbirros al no encontrarlos en sus hogares, o porque se encontraban presos y no se les permitió a los soldados sacarlos de las cárceles.

EL sanguinario coronel Fermín Cowley, ejecutor directo de las Pascuas Sangrientas trató de justificar los crímenes en una nota de prensa del Ejército, señalando que los asesinatos habían sido obra de ajustes de cuentas entre el Movimiento 26 de Julio y los Partidos y Organizaciones Políticas de la región.

En los momentos en que la región del norte de la provincia de Oriente se cometían tan macabros crímenes en el otro extremo del territorio en la región sur, el mismo 25 de diciembre de 1956 más de una veintena de expedicionarios del Granma que habían logrado reunirse después del desembarco y del desastre de Alegría de Pío, en el lugar conocido por Purial de Vicana, partían para internarse en el firme de la Sierra Maestra con el Comandante en Jefe Fidel Castro al frente del naciente Ejército Rebelde para luchar por la libertad de Cuba como lo había prometido.

Momento de intimidad un 24 de diciembre

Por Margarita Piedra Cesar

Un pasaje poco conocido de nuestra historia más reciente es que el 24 de diciembre de 1958, aún en medio de la compleja situación de guerra que existía en el país y sobre todo en el territorio oriental, el Comandante en Jefe Fidel Castro, líder de la Revolución, tuvo un momento de intimidad familiar al visitar a su madre Doña Lina Ruz, a la cual hacía años que no veía.

En su más reciente libro “La Contraofensiva Estratégica”, en el día correspondiente al miércoles 24 de diciembre de 1958 Fidel narra: “El día de Noche Buena, acompañado por Celia y varios combatientes, visité a mi madre en Birán. Luego fui a Marcané y de ahí reemprendí el camino de regreso. En el recorrido hicimos un alto en Mangos de Baraguá, lugar de la histórica protesta de Antonio Maceo”.

El día antes, 23 de diciembre, el Ejército Rebelde bajo la dirección del Comandante en Jefe Fidel Castro, había iniciado el ataque a la ciudad de Palma Soriano, considerada la retaguardia de Santiago de Cuba por encontrarse sólo a 40 kilómetros de la capital oriental.

Palma Soriano y Maffo eran las dos únicas posiciones que le quedaban a la dictadura en el tramo de la Carretera Central entre Santiago y Bayamo, ya que a partir del 30 de noviembre habían sido liberadas Guisa, Jiguaní, Baire, Contramaestre, El Cobre y San Luis, mientras que por el Este, es decir por la vía de Guantánamo, eran libres también Alto Songo, La Maya y El Cristo.

El 22 de diciembre en el lugar conocido por El Tamarindo, cercano a Palma Soriano, se había reunido el mando revolucionario integrado por el Comandante en Jefe Fidel Castro y los jefes del Segundo y Tercer Frentes, Comandantes Raúl Castro y Juan Almeida, para ultimar el plan de la toma de Palma Soriano y las acciones posteriores para el asedio a Santiago de Cuba, la plaza militar más importante de la dictadura, en el interior de la Isla.

Ya a estas alturas el triunfo popular era irreversible y la patria toda se encontraba a las puertas de la nueva alborada del Primero de Enero de 1959.

domingo, diciembre 18, 2011

Fidel y Raúl: Reencuentro en Cinco Palmas

Por Margarita Piedra Cesar

Refiriéndose al azaroso desembarco de los expedicionarios del Yate Granma, el 2 de diciembre de 1956, el Che escribió : "Tardamos varias horas en salir de la ciénaga. Quedamos en tierra firme, a la deriva, dando traspiés, constituyendo un ejército de sombras, de fantasmas, que caminaban siguiendo el impulso de algún oscuro mecanismo psíquico"

"A los diez días exactos de la salida de Méjico —prosigue el Che—, el 5 de diciembre de madrugada, después de una marcha nocturna interrumpida por los desmayos y fatigas y los descansos de la tropa, alcanzamos un punto conocido paradójicamente por el nombre de Alegría de Pío. El lugar era mal elegido para campamento, pero hicimos un alto para pasar el día y reanudar la marcha en la nocheinmediata"

En este lugar, a unos dos kilómetros del suroeste de Playa Las Coloradas, el destacamento revolucionario fue sorprendido por el enemigo convirtiéndose aquel sitio en un infierno de fuego y balas. Así fue el bautismo del naciente ejército rebelde considerado, no como un combate sino como un desastre, donde tres expedicionarios perdieron la vida y los 79 restantes dispersados en distintas direcciones, constituyendo 28 grupos, el mayor de los cuales era de 14 hombres. Varios de estos grupos fueron hechos prisioneros. Otros capturados y asesinados y algunos delatados por ente infame.

En el caso de Fidel, este se retiró del escenario del combate con Universo Sánchez y más tarde se le unió Faustino Pérez, aunque desarmado. Por su parte, Raúl junto a Ciro Redondo, Efigenio Ameijeiras, René Rodríguez, Armando Rodríguez y César Gómez  constituyeron otro grupo, al igual que Almeida, el Che, Ramiro Valdés, Reinaldo Benítez y Rafael Chao.

Esa noche, el grupo de Fidel se interna en un monte al este de Alegría de Pío, en tanto que Raúl y sus hombres pasan esa noche en el mismo monte, pero al sureste, a sólo cientos de metros del jefe de la Revolución, mientras que más al sur lo hace la tropa de Almeida.

El 12 de diciembre de 1956, después de penosas jornadas dentro de los cañaverales de Alegría de Pío y de soportar decenas de peligros, Fidel y su grupo se encuentran con una familia campesina y en ese lugar, en la noche, hace contacto con integrantes de la red que Celia Sánchez había organizado para decepcionar a los expedicionarios del yate Granma; llegando así el 16 de diciembre a la finca de Mongo Pérez.

En lo que respecta a Raúl y sus compañeros, también emprendieron marcha hacia la Sierra por dentro del monte y son auxiliados por varios vecinos de algunos lugares por donde caminaban.

De igual forma, el grupo de Almeida tras afrontar numerosas dificultades y hasta denuncias, logran llegar a la casa de GuillermoGarcía un refugio más seguro. Después marcharon hacia la finca de Mongo Pérez.

En la noche del 18 de diciembre de 1956, hace hoy 55 años, todos los combatientes, 12 en total, se encuentran en el lugar conocido como Cinco Palmas, en Purial de Vicana, dando lugar al histórico diálogo entre Fidel y Raúl Castro Ruz, hermanos de sangre y de lucha.

¿Cuántos fusiles traes?, pregunta Fidel a Raúl.

Cinco, le contesta.

¡Y dos que tengo yo siete! ¡Ahora sí ganamos la guerra!

De la estirpe de esos doce hombres está hecho todo nuestro pueblo. De ellos aprendimos que mientras quede un solo cubano y una sola arma, siempre nos esperará la victoria.

¡Qué nadie lo dude!