lunes, junio 25, 2018

Un héroe que valía por muchos

Los cubanos y particularmente los santiagueros estamos recordando hoy el aniversario 177 del natalicio del Mayor General Guillermón Moncada, el héroe de nuestras tres guerras independentistas y de quien José Martí dijo que era “alto en todo”

Guillermón nació el 25 de junio de 1841 en la humilde barriada de Los Hoyos, en Santiago de Cuba, y apenas pudo asistir al colegio por su condición de negro y pobre, teniéndose que dedicar desde muy temprana edad al oficio de carpintero-aserradero.

Tenía 27 años cuando estalló la primera gesta independentista cubana el 10 de octubre de 1868, siendo de los primeros en incorporarse a la gesta donde por su valentía alcanzó pronto grados militares y al término de la misma en 1878, ya era Brigadier.

Moncada estuvo entre los cubanos dignos que el 15 de marzo de 1878 acompañaron al Titán de Bronce en la Protesta de Baraguá por el oneroso Pacto del Zanjón, oportunidad en la que Guillermón expresó: “No podemos admitir nunca la paz que bajo condición tan humillante y ridícula nos brindan los españoles”

En consecuencia con ese pensamiento fue que al estallar la Guerra Chiquita en agosto de 1879 Guillermón volvió de nuevo a la manigua como uno de los jefes del movimiento y con el grado de Mayor General. Sin embargo, tras el fracaso de esta breve contienda, Moncada fue hecho prisionero y enviado a Islas Baleares de donde regresó en 1886, aunque ya enfermo de tuberculosis.

No obstante este prestigioso revolucionario santiaguero continuó conspirando contra España, siendo designado Jefe de Oriente al reiniciarse la gesta independentista el 24 de febrero de 1895, tomando nuevamente el camino de la manigua a pesar de saberse enfermo de muerte, cumpliendo con la misión que se le había asignado de encender la llama de la guerra y mantenerla viva hasta el regreso a la isla de los hermanos Maceo, Martí y Máximo Gómez.


Sin embargo, el 5 de abril de 1895, a poco más de un mes de iniciada la lucha independentista el Mayor General Guillermón Moncada fallecía y con su muerte la Revolución Cubana perdía a uno de sus más capaces jefes militares y la guerra a uno de sus más extraordinarios combatientes.
Así recordamos hoy a este extraordinario cubano que, como dijera el Generalísimo Máximo Gómez, “valía por muchos”