domingo, enero 23, 2011

Una patriota ejemplar: Amalia Simoni

Por  Margarita Piedra

Un día como hoy, 23 de enero, pero de 1918, a la edad de 72 años, falleció en La Habana, Amalia Simoni, la ejemplar patriota y amante esposa de esa figura excelsa de nuestra historia, que fue Ignacio Agramonte Loynaz, El Mayor.

Y cuentan que entre Amalia e Ignacio existió una de las más hermosas relaciones amorosas de ejemplar fidelidad y que fue compartida también entre ambos por el amor infinito hacia la Patria.

Se conocieron Amalia e Ignacio en el verano de 1866, luego que ella regresó deun viaje por Europa con su familia. Su noviazgo estuvo marcado un poco por la resistencia del Dr. José Ramón Simón, quien no consideraba a Agramonte como un buen partido para su hija, pues la familia de él afrontaba en esos momentos dificultades económicas.

No obstante, el matrimonio entre Amalia e Ignacio se celebró en la iglesia Nuestra Señora de la Soeldad, el primero de agosto de 1868 y unos tres meses más tarde, Agramonte se incoroporaba a la lucha contra España, marchando Amalia a su encuentro pocos días después, para compartir la misma suerte que el esposo.

En plena lucha insurreccional le llega a la pareja el primer hijo, al que llamaron Ernesto, y en 1870 Amalia Simoni y la criatura fueron apresados por los españoles. Aunque Ignacio no abandonó la lucha, sufrió mucho, el destino de la esposa, hasta conocer que finalmente los habían liberado y estaban en territorio norteamericano, donde le nació a Agramonte su hija Hermina, que no llegó a conocer.

Aunque estaba lejos de ellos, el recuerdo de la esposa y sus retoños atormentaba a Ignacio, pensando en cuánto habían crecido los hijos si pasaban frío en el lejano Nueva York y le pedía a ella en sus cartas, que le hablara a los niños de su padre, de cuánto significaban para él y cuánto los amaba a pesar de que no estaban cerca.

En 1871 Ignacio le escribía a Amalia: “Mi pensamiento más constante en medio de tantos afanes es el de tu amor y el de mis hijos.

Pensando en tí bien mío, paso mis horas mejores, y toda mi dicha la cifro en volver a tu lado después de Cuba Libre”

Amalia se preocupaba mucho también por su Ignacio y en carta que le escribió el 30 de abril de 1973 desde el exilio, le decía:

“Cuántos vienen de Cuba y cuantos de ella escriben aseguran que te expones demasiado y que tu arrojo es ya demasiado (…) Por Cuba Ignacio mío, por ella también te ruego que te cuides más”

Con la muerte de Agramonte, Cuba perdía al hombre digno, la Revolución al jefe respetuoso y querido y Amalia Simoni a su amante esposo, que nunca más volvió a ver desde que partió al exilio y que no pudo derramar sus lágrimas sobre el cadáver del adorable compañero.

Hoy al cumplirse 92 años de la muerte de Amalia Simoni, los cubanos la recuerdan como la ejemplar patriota y esposa que fue y madre digna a imitar.