sábado, agosto 13, 2011

¡Felicidades Comandante en Jefe!


Por Margarita Piedra Cesar

Para la humanidad el 13 de agosto pudiera ser una fecha como otra cualquiera, con las tristezas, alegrías, penas y esperanzas de un mundo convulso que se bate por la supervivencia, cuando transita ya por el II Milenio de la Era Moderna.

Pero los cubanos somos agradecidos y no pasamos por alto que en esta fecha se conmemora el aniversario 85 del natalicio del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.

No es este un día para loas y alabanzas, ni para conmemoraciones oficiales o grandes celebraciones, como bien pudiera ocurrir en cualquier otro país del mundo, ante el cumpleaños de un Presidente, un Rey o una Reina.

En Cuba y de forma espontánea, los revolucionarios hacemos de esta jornada una fecha de compromisos y recuerdos hacia un hombre cuya existencia ha sido dedicada al bienestar de su pueblo y de esa Patria inmensa que es el mundo.

Nació en Birán, un pueblecito cañero oriental, el 13 de agosto de 1926. Su cuna fue de oro y su destino pudo haber sido otro. Tenía para ello. Más compartir su infancia con los campesinos y la gente más humilde de aquel lugar le hizo cambiar el sentido de su vida y consagrarse por entero a la práctica martiana: "Con los pobres de la tierra quiero yo mi suerte echar..."

La historia se encargó de reafirmar ese sentimiento y el nombre de Fidel estuvo ligado desde entonces, a las luchas de su pueblo, en el cual creía ciegamente hasta la victoria.

Y tanto confió en esa victoria que ninguna dificultad le amilanó ni le hizo perder la fe en el pueblo. Ni el fracaso del Moncada, ni la prisión, ni la amarga travesía del Granma, ni el desastre de Alegría de Pío, ni la incertidumbre de los primeros meses de la Sierra Maestra, fueron obstáculos insalvables para él.

Sólo la tenacidad y la confianza en los humildes podrían conducirlo a la victoria y esa es la que hoy disfrutamos contra vientos y mareas. Y eso es lo que hoy reconoce y agradece el pueblo cubano, que junto a su líder fue capaz de hacer la Revolución y de mantener sus logros hasta nuestros días, para ejemplo del mundo.

"Es gran gozo vivir entre hombres en la hora de su grandeza", escribió José Martí, y es por eso, que hoy, muchos colectivos de trabajadores y estudiantes le dedican obras y jornadas especiales o sencillos hombres y mujeres simplemente, cual secreto compartido a voces, dicen: "Hoy es el cumpleaños de Fidel"

Y millones de cubanos, fidelistas como profesión de fe, conversaremos en algún momento del día y diremos cuánto le debemos, cuánto nos enseña, del orgullo y la alegría de ser sus contemporáneos, de compartir y defender principios en la misma trinchera, del inmenso privilegio de tenerlo entre nosotros en este aniversario 85, librando un crucial combate en este mundo globalizado y convulso que nos ha tocado vivir, batallando en una gran lucha de ideas, de transmisión de ideas a todas partes y, como expresara el propio Fidel: "hay que buscar conceptos y hay que tener ideas que permitan un mundo viable, un mundo sostenible, un mundo mejor". Así nos lo enseñó Martí cuando dijo: "Todo es gozo, cuando se pelea por la luz del mundo"

Permítanos entonces, Comandante en Jefe, a nombre de todos los cubanos expresarle a viva voz: ¡FELICIDADES FIDEL!

martes, agosto 09, 2011

Nagasaki: la otra víctima de la bomba atómica

Por Margarita Piedra Cesar

Después de la mañana del 6 de agosto de 1945 en que estalló la primera bomba nuclear en Hiroshima, el pueblo japonés no tuvo momento de tranquilidad, pues esperaba un nuevo ataque. Con esa acción Estados Unidos quería demostrar al mundo que la poderosa Norteamérica poseía un arma tremendamente mortífera y dispuesta a usarla en cualquier momento.

Y tanto fue así, que el 9 de agosto, a las 11:02 de la mañana, el espectáculo de la aniquilación nuclear se repitió en Nagasaki, situada en una de las islas menores de Japón llamada Kyushu. El bombardero B-29, “Bock´s Car”, lanzó sobre esa ciudad industrial a fat boy, una bomba de plutonio, con la capacidad de liberar el doble de energía que la bomba de uranio.

El saldo inmediato de más de 40 000 muertos, cifra que posteriormente se elevó hasta 140 000 fallecidos y más de 100 000 mutilados y quemados, incluidos niños ciegos e inválidos.

Nagasaki tenía entonces unos 50 000 edificios, de los cuales un 25 por ciento quedaron destruidos y otra importante cantidad sufrió daños de consideración. El ataque de días atrás en Hiroshima, cuando ya Japón había sido derrotado durante la Segunda Guerra Mundial, había dejado un saldo de 70 000 personas, arrasando con todo en tres kilómetros a la redonda. Todavía está en la memoria viva de los sobrevivientes y descendientes la monstruosa masacre.

Para que se tenga una idea de la magnitud de daño causado por aquellas acciones, en total es decir entre Hiroshima y Nagasaki, el número de muertos sobrepasó los 300 000, mientras que otros 350 000 habitantes de las dos ciudades sufrieron y todavía padecen diferentes enfermedades.

Hoy 66 años después, muchos supervivientes de aquellas bombas de Hiroshima y Nagasaki siguen afectados por aquellas explosiones y sufren sus efectos, en forma de graves alteraciones de su salud como anemia, leucemia y tumores malignos. Muchos padecen graves trastornos psíquicos y alteraciones de su conducta social.

Cada año, los días 6 y 9 de agosto, el pueblo japonés recuerda a las ciudades mártires de Hiroshima y Nagasaki, para rendirle un merecido homenaje a las víctimas de aquellos genocidios nucleares, abogando por la paz, una paz que el mundo todo necesita, para que no vuelva a ocurrir lo que entonces, ataques atómicos contra dos inocentes poblaciones japonesas y que en la actualidad puede ser contra cualquier otra nación del orbe.