El 9 de agosto de 1945, hace hoy 67 años, Estados Unidos hizo estallar
sobre la ciudad japonesa de Nagasaki su segunda bomba atómica con un
saldo inmediato de más de 40 000 muertos. El primer ataque nuclear se
había producido tres días antes, el 6 de agosto sobre Hiroshima, el cual
dejó 90 000fallecidos al instante.
El entonces Presidente de Estados Unidos Harry Truman, quien ordenó
tales genocidios, trató de justificar esos crímenes ante el mundo
señalando que tanto Hiroshima como Nagasaki eran objetivos militares y
que el propósito de los bombardeos fue “evitar víctimas entre la
población civil”
Tal vez ese asesino de marca mayor que fue Truman, creyó que los
habitantes de este planeta eran tontos como para no saber que esa
justificación era de un cinismo insólito y que Hiroshima y Nagasaki eran
dos apacibles ciudades japonesas donde no existían objetivos militares y
que las 300 MIL muertes que en total alcanzaron esos bombardeos
atómicos eran todos civiles, ancianos, mujeres y niños, ya que una gran
parte de los hombres del Japón estaban movilizados en la guerra.
El propio General Douglas MacArthur, gobernador de Japón durante la
ocupación de Estados Unidos, dijo después que “no había ninguna
necesidad militar de emplear la bomba atómica en 1945”. Asimismo, el
alto mando militar norteamericano reconoció que “en las zonas
siniestradas no existían objetivos militares algunos”
Sin embargo, años después fue desclasificada la Orden Número 13 emitida
el 2 de agosto de 1945, es decir, cuatro días antes del primer ataque,
la cual señalaba: “Fecha del ataque: 6 de agosto. Objetivo del ataque:
la parte histórica y la zona industrial de la ciudad de Hiroshima.
Segundo objetivo de reserva: los arsenales y la parte céntrica de la
ciudad de Kokula. Tercer objetivo de reserva: la parte céntrica de la
ciudad de Nagasaki”
Los objetivos uno y tres, bombardeos a Hiroshima y Nagasaki se
cumplieron tal y como lo establecía esa Orden Número 13, pero el segundo
objetivo, ataque a Kokula, no se llevó a cabo por el mal tiempo
reinante sobre la ciudad, algo por lo cual los habitantes de la misma
todavía agradecen a sus dioses haberlos librado de la desgracia
provocada por un ataque nuclear en 1945.
A pesar del tiempo transcurrido hasta hoy, ningún gobierno de Estados
Unidos se ha disculpado con los japoneses por los genocidas bombardeos
atómicos de Hiroshima y Nagasaki y por las más de 300 000 víctimas
mortales causadas, amén de los que han fallecido desde entonces por las
secuelas que dejaron los ataques.
Desde agosto de 1945 hasta hoy, la naturaleza criminal del imperio
yanqui no ha cambiado en nada, pues todavía sigue mintiéndole al mundo
para inventar guerras como en Afganistán, Iraq, Libia, argumentando
proteger la población civil, al igual que quieren hacerlo ahora con
Siria, Irán y otros oscuros rincones del planeta que no les convenga el
régimen social establecido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario