viernes, marzo 15, 2013

Protesta de Baraguá: Símbolo de lucha del espíritu de los cubanos

Si bien el ominoso Pacto del Zanjón firmado el 10 de febrero de 1878 tuvo sus efectos negativos en las filas insurrectas en buena parte de la Isla donde se combatía contra España, no o fue así en la jurisdicción de Santiago de Cuba-Guantánamo-Baracoa, donde los mambises continuaban sus operaciones victoriosas contra el ejército colonial.

Tanto es así, que las tropas independentistas de esta jurisdicción, desconocedoras de la paz que se había firmado en El Zanjón con el General Arsenio Martínez Campos, en enero y febrero de 1878 obtuvieron varios triunfos militares destacados, como la aplastante victoria contra el batallón español de San Quintín, en la zona de San Ulpiano, con más de 240 bajas por parte de los colonialistas.

Fue por eso que la noticia del Pacto del Zanjón se recibió con sorpresa en el campamento del Titán de bronce Antonio Maceo, que inmediatamente tomó la decisión de entrevistarse con el General Martínez Campos, para expresarle su desacuerdo a lo pactado en Camagüey el 10 de febrero de 1878, sin consultarse a los mandos militares orientales.

Esa entrevista tuvo lugar el 15 de marzo de 1878 en el sitio conocido por Los Mangos de Baraguá, con la participación de un grupo de destacados oficiales de ambos mandos y con toda la garantía necesaria para los representantes del régimen colonial.

Cuando el General español intentó enseñarle al General Antonio Maceo el documento sobre o pactado en El Zanjón, el Titán, con gentileza apartó las galanterías de Campos e impidió que le leyese las bases de la capitulación.

Muy mesurado y contenido, en voz baja y pausada, Maceo e explicó a Martínez que ni él ni sus compañeros aceptaban El Zanjón: “Tengo la esperanza –dijo- de que el pueblo cubano encuentre a fin el sendero de a paz y la felicidad, pero ello sería imposible sin la libertad, la plena independencia y sin la abolición de inmediata de la esclavitud”

Los días posteriores a la entrevista de Baraguá marcaron la toma de algunas decisiones trascendentales para la Revolución, como la puesta en vigor de una nueva Constitución, que recogía las necesidades de los nuevos tiempos y se nombró un nuevo Gobierno Provisional, cuya presidencia recayó en el Mayor General Manuel de Jesús Calvar, mientras que se designaba a Vicente García, General en Jefe del Ejército Libertador y a Antonio Maceo, Jefe de Oriente.

Así fue aquel 15 de marzo de 1878, hace hoy 135 años en Mangos de Baraguá y donde la voz del Titán de Bronce se escucha todavía para decirle a los enemigos de la Revolución, sea el que sea: “Sin la independencia, la libertad, la soberanía y la paz de nuestro pueblo, ¡No nos entendemos!

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