Esta Ley, la 1100, fue sometida previamente a un amplio proceso de discusión y análisis entre los trabajadores de toda la isla y se puso en vigor a partir del 1o. de Mayo de 1963, en saludo al Día Internacional de la Clase Obrera.
La Ley abrió paso por primera vez en Cuba a un sistema armónico y coherente de protección social, sustentado sobre los principios de universalidad, solidaridad, unidad e integridad, asegurando a todos los trabajadores y su familia el amparo social ante cualquier contingencia: vejez, enfermedades, accidentes laborales, maternidad y muerte, entre otras causas.
Antes del triunfo revolucionario de 1959 no existía en Cuba una Ley de Seguridad Social, aunque la Constitución de 1940, la más avanzada hasta entonces, reconocía el derecho de los trabajadores a no quedar en el desamparo lo cual no se cumplía en la práctica, ya que más del 50% de la población de la época carecía de protección social ante cualquier contingencia.
En ese sentido en 1957, en un informe la Organización Internacional del Trabajo (OIT) criticó los desmanes de la protección social en la isla, señalando entre otros aspectos, que se demoraban años en los trámites de prestaciones sin que los obreros reciban cantidad alguna.
Para que se tenga una idea de lo que representaba la seguridad social en Cuba, digamos que en 1953 el presupuesto asignado por el Estado fue de poco más de 26 millones 400 mil pesos, cifra que ya en 1959, después del triunfo revolucionario se elevó a 114 millones y en este año 2013 el presupuesto asignado para esta actividad es de 5 mil millones de pesos, con lo que se benefician cerca de dos millones de personas, con una prestación media de 260 pesos mensuales.
A la primera Ley de Seguridad Social Cubana aprobada el 26 de marzo de 1963, hace hoy 50 años, le siguió la Ley 24 de 1980 que se mantuvo vigente hasta el 31 de diciembre de 2008, al entrar en vigor el Primero de Enero de 2009 una nueva Ley de Seguridad Social, con nuevos conceptos sobre este tema para que se brinde una mejor protección a los trabajadores y su familia, así como a aquellos que requieran de la asistencia social.
Puede decirse entonces que que la Primera Ley 1100 de Seguridad Social tiene el mérito de haber abierto el camino para asegurarle a cada cubano la protección social necesaria de la sociedad que con sus manos contribuyó a desarrollar.
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