martes, julio 16, 2019

Rendición de tropas españolas en Santiago de Cuba

Cuando el 16 de julio de 1898, hace hoy 121 años, las tropas españolas que defendían a la ciudad de Santiago de Cuba capitulaban ante el mando norteamericano, comenzaba a escribirse uno de los capítulos más amargos de la historia cubana: La intervención militar de Estados Unidos a la isla.

En Loma de San Juan, cercana a la ciudad santiaguera, se produjo la firma del armisticio que puso fin a la guerra con la representación de las autoridades españolas y el mando militar estadounidense, sin que a esta ceremonia se le diera participación al Ejército libertador cubano representado por el Mayor General Calixto García Íñiguez.

El acta de capitulación fue firmada por los generales norteamericanos Wheeler, Lawton y Miles, mientras que por España lo hicieron el General Federico Escario y el Teniente Coronel Ventura Fontán, auxiliado por un traductor.

Por orden directa procedente de Estados Unidos a los cubanos no se les permitió intervenir en las negociaciones, pues según el alto mando yanqui, se temía a los posibles actos de venganza y represalia contra los españoles.

No se tuvo en cuenta que el Ejército Libertador cubano bajo las órdenes de Calixto García jugó un papel determinante en las acciones de guerra que se desarrollaron en Santiago de Cuba y sus alrededores, que de no haber sido así la victoria le hubiese costado más a Estados Unidos.

El documento del armisticio de paz entre Estados Unidos y España firmado en Loma de San Juan precisaba, entre otras cosas, el cese absoluto y terminante de las hostilidades entre las fuerzas españolas y americanas, la forma en que saldrían las tropas colonialistas de Cuba y la posibilidad de que permanecieran en el país las tropas intervencionistas estadounidenses.

Al obviar toda participación cubana en esos acuerdos de paz se consumaba el temor de muchos de nuestros grandes patriotas, de que lo dicho por Estados Unidos: “El pueblo de la isla de Cuba es y de derecho debe ser libre e independiente”, solo fue un engaño para intervenir en el conflicto hispano-cubano con el propósito de apoderarse del país.

Al siguiente día 17 de julio las tropas norteamericanas entraron a Santiago de Cuba, para poner fin a la dominación española de más de cuatro siglos. De esta forma tan penosa y humillante terminaron para los cubanos las ansias de independencia que se habían iniciado el 10 de Octubre de 1868 con el Grito de La Demajagua.


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