viernes, febrero 19, 2010

Recordemos a Benny Moré, El Bárbaro del Ritmo

Por Margarita Piedra Cesar


Cuando nació el 20 de agosto de 1918 fue inscripto en el Registro Civil de Santa Isabel de las Lajas, hoy en la actual provincia de Cienfuegos, como Bartolomé Maximiliano Moré Gutiérrez, pero con el decursar de los años fue llamado por el pueblo de una forma más sencilla: El Benny.

Dicen que de niño gustaba andar por el pueblo, escuchando serenatas y después alegrando con su torrente de voz fiestas, romerías de ríos, descargas y cualquier reunión de gente donde hiciera falta la música y la canción.

Tal vez él mismo se diera cuenta que allí nada lograría y por eso, aquel mulatito flacucho se echó un día la guitarra debajo del brazo y marchó a la capital cubana en busca de nuevos horizontes para su arte cimarrón.

Tuvo suerte de encontrarse con otro grande de la música cubana, Miguel Matamoros, quien lo llevó a Méjico donde integró varias orquestas hasta dar con la de su compatriota Dámaso Pérez Prado, donde comenzaría a ascender hacia la cumbre del arte musical.

Ya de regreso a Cuba, en 1953 fundó su banda gigante y recibe el calificativo de "Bárbaro del Ritmo", a pesar de no saber de notas y solfeo, ese es sinónimo de genio y sin dudas, el Benny lo era.

El Benny interpretó boleros, canciones, guarachas, sones, mambos y todo lo hizo bien, pues su voz de tenor con una afinación perfecta era capaz de alcanzar matices profundos en un timbre cristalino.

Muchas de las composiciones y canciones el Benny las dedicó él al suelo patrio. Pinar del Río, Manzanillo, Cienfuegos, Santiago, Guantánamo, Santa Isabel de Las Lajas, fueron rincones de su Cuba a los cuales cantó, porque amaba su patria que nunca quiso abandonar después del Triunfo de la Revolución, no obstante haber recibido jugosas ofertas para que se marchara del país.

De no haber abandonado prematuramente la vida de dueño absoluto de las más completas facultades artísticas y en la cumbre de la popularidad, seguiría el Benny siendo hoy el más querido de los artistas cubanos, porque él como ninguno, supo representar la idiosincrasia y la identidad de su pueblo.

47 años parece ser ya mucho tiempo, pero hoy podemos decir que al marcharse físicamente aquel 19 de febrero de 1963, Benny Moré nos dejó su voz y las canciones que es como decir nos dejó toda su alma. Por eso todavía vive y vivirá eternamente entre nosotros.

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