lunes, febrero 15, 2010

La verdad de la explosión del acorazado Maine

Por Margarita Piedra Cesar

La actual Batalla de Ideas en la que se consagra nuestro pueblo nos convoca al conocimiento de la historia patria y más, sobre aquellos hechos que se relacionan con las pretensiones norteamericanas de adueñarse de la isla, un viejo anhelo jamás logrado.

En ese sentido que debemos recordar que un día como el 15 de febrero, pero del año 1898, Estados Unidos hizo estallar en la bahía de La Habana, el acorazado Maine, como pretexto para poder declararle la guerra a España y entrar en la confrontación que ésta sostenía con los patriotas cubanos cuando consideró que la fruta ya estaba madura, para lograr sus propósitos de intervención.

Ya para entonces, los gobernantes norteamericanos habían tratado de apoderarse de la pequeña isla caribeña por diferentes vías, incluida la proposición a España de su compra pero ante la negativa de esta, decidió esperar a que el colonialismo no pudiera sostener el conflicto con los cubanos, ni económica, ni militarmente, para entonces intervenir. A eso ellos le denominaron: Política de la Fruta Madura.

El acorazado Maine había arribado a la bahía habanera en visita de buena voluntad el 25 de enero de 1898, pero no lejos, a seis horas de navegación, las autoridades navales habían situado otros cuatro buques e igual cantidad, despachados hacia el teatro de la guerra, es decir, a la región sur oriental de la isla.

Así es como el 15 de febrero de 1898, hace hoy 112 años se produjo la explosión del Maine, hecho tras el cual Estados Unidos declaró la guerra a España bajo el argumento de que el estallido de la nave había sido provocado por un sabotaje.

La explosión provocó la muerte de 276 tripulantes, en su mayoría negros, pues casualmente, la oficialidad blanca se encontraba en tierra para asistir a una recepción amistosa.

Tras la explosión del Maine, como es habitual, la gran prensa de Estados Unidos emprendió contra España pidiendo a gritos la intervención de Estados Unidos en el conflicto, lo que definitivamente se produjo entre los meses de junio y julio de 1898, dando lugar a la Guerra Hispano Americana, incluida la batalla naval de Santiago de Cuba, donde fue prácticamente despedazada la flota colonialista.

Si bien la intervención yanqui en Cuba abrió la era del imperialismo agresor e interventor de Estados Unidos, la voladura del Maine dio inicio a la era de las autoagresiones y pretextos para intervenir militarmente en cualquier punto del mundo, tal y como lo demuestra la historia en Santo Domingo, Panamá, Haití, Granada, Vietnam, Iraq, Yugoslavia y Afganistán, entre otros.

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