La
falta de electricidad y de conectividad nos había impedido hasta ahora abordar
el tema más importante de las últimas semanas para los medios de difusión en
Cuba y particularmente, en Santiago de Cuba, ciudad que fue azotada en la
madrugada del 25 de noviembre por el huracán Sandy con vientos sostenidos de
más de 100 kilómetros por hora y rachas de hasta 165 kilómetros.
Puede
decirse con toda seguridad que las imágenes apreciadas por los santiagueros en
esa fatídica mañana del 25 de noviembre fueron dramáticas porque en poco más de
tres horas los azotes de Sandy
prácticamente devastaron la ciudad, derribando miles de árboles, postes
eléctricos y telefónicos, cristales de comercios e instituciones, así como
miles de viviendas con derrumbe total o parcial, fundamentalmente los techos de
zinc o tejas y lo mas lamentable, la pérdida de 9 vidas humanas, incluyendo un
niño de apenas meses de nacido.
Pero
si un huracán de viento y lluvia devastó la ciudad de Santiago de Cuba, otro
huracán más poderoso de voluntad y heroísmo, tan solo unas horas después, se
dio a la tarea de la recuperación y hoy, transcurridos 18 días, puede
asegurarse que Santiago de Cuba ,como el ave fénix ha renacido de sus cenizas y
muestra una imagen distinta a la del 25 de noviembre, mientras que su gente
irradia optimismo con la certeza de que en breve tiempo la ciudad volverá a ser
la de siempre: alegre, hospitalaria y heroica.
Miles
de cubanos de otras regiones del país acudieron de inmediato a Santiago de Cuba
para cooperar con su pueblo a la recuperación de los daños causados por este
ciclón y han trabajado y trabajan durante largas jornadas en las avería
eléctricas y telefónicas en casi todos los barrios de la ciudad, devolviéndoles
esos importantes servicios a la población en tiempo record, aunque todavía la
labor seguirá siendo ardua por varios días más.
Mención
de honor merecen los combatientes del Ejército Oriental que por miles han
tenido la misión de limpiar de restos de árboles, escombros y otros desechos
dejados por el paso del ciclón y gracias al esfuerzo de estos soldados de la
Revolución, hoy Santiago puede mostrar una nueva imagen.
La
solidaridad tampoco ha faltado y numerosos mensajes de aliento han sido
recibidos en la provincia y muchos países, encabezados por Venezuela han hecho
llegar a los santiagueros ayuda material para contribuir a mitigar un tanto las
pérdidas causadas por el poderoso huracán Sandy, que será a partir de ahora de
triste recordación para los santiagueros y los hermanos de otras provincias
orientales afectadas como Guantánamo y Holguín.
No
puede decirse que el huracán Sandy ya es historia, porque el capítulo final lo
está escribiendo todavía el pueblo y demás cubanos que nos acompañan, pero
puedo estar segura que el final será de victoria en la épica batalla de que
Santiago vuelva a ser la ciudad heroica de todos los cubanos.
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