martes, agosto 16, 2011

Mella y Baliño y el Partido de todos los cubanos

Por Margarita Piedra Cesar

Clandestinamente los días 16 y 17 de agosto de 1925 se celebraba en una casa del barrio habanero del Vedado, el Congreso Constitutivo del primer Partido Cominusta de Cuba. La fundación de este partido constituye uno de los acontecimientos más sobresalientes de la historia en la isla caribeña.

Cerca de una veintena de representantes de diversas agrupaciones comunistas del país, asistieron como delegados, entre los cuales se encontraban Carlos Baliño y Julio Antonio Mella, principales inspiradores de este propósito. Allí se decidió laborar intensamente entre los obreros, campesinos, mujeres, jóvenes e intelectuales, para así asegurar la más estrecha vinculación del Partido con las masas.

Baliño y Mella reunían en una sola a dos generaciones de comunistas y revolucionarios, dispuestas a partir de ese momento a desarrollar la lucha de clases por el poder tal y como ocho años atrás lo había hecho el proletariado ruso derrocando al regimen zarista bajo la guía de Vladimir Ilicha Lenin.

Teniendo como doctrina la del marxismo-leninismo, el Partido Comunista de Cuba agrupó en sus filas a obreros, campesinos, estudiantes e intelectuales, hombres y mujeres que a partir de ese momento lucharon con un programa concreto de reivincicaciones, fundamentalmente laborales y sociales, entre las que se encontraban la lucha por las 8 horas de trabajo en los centrales, la prohibición de pagar a los azucareros con vales y fichas, la urbanización de los bateyes, el paso al dominio público de todas las vías de comunicación y la nacionalización de los servicios públicos.

Otro acuerdo importante fue, el de afiliar el Partido Comunista de Cuba a la Internacional Comunista, que había sido fundada por Lenin en 1919, así como constituir la Organización de la Juventud Comunista.

El Congreso constitutivo del Partido Comunista de Cuba, en 1925, eligió un comité central de nueve miembros, entre los que figuraron Carlos Baliño y Julio Antonio Mella, recayendo la secretaría general en el compañero José Miguel Pérez.

La constitución de este primer partido marxista-leninista y la aplicación de esa doctrina a la realidad cubana, permitió que otros hombres y líderes revolucionarios, sentaran las bases de la lucha de nuestro pueblo con dos proyectos: la derrota definitiva del imperialismo y la eliminación de la explotación del hombre por el hombre. Gracias al empeño de aquellos fundadores, el relevo de generaciones futuras hizo realidad tales propósitos.

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