miércoles, mayo 15, 2013

Salida de Fidel y los moncadistas del Presidio Modelo

El 15 de mayo de 1955, un día como el de hoy, hace 58 años, las puertas del Presidio Modelo de la Isla de Pinos se abrieron para Fidel y el resto de sus compañeros de lucha. Debido a la presión popular, el regimen de Batista se vio obligado a decretar una amnistía otorgándoles la libertad a los presos por los sucesos del Moncada, incluido el doctor Fidel Castro, el principal encausado por ese hecho.

"En cuanto a mí, sé que la cárcel será dura como lo ha sido para nadie, preñada de amenazas, de ruin y cobarde ensañamiento, pero no la temo..." Al expresarse así en el juicio por los sucesos del Moncada, Fidel estaba consciente de que más que cumplir una condena en la Isla de Pinos, el tirano trataría de sepultarlo allí, como pago a su heroico gesto por la libertad de los cubanos.

Pero sus pretensiones no fueron más que eso, porque si bien Fidel fue confinado en celda y pabellón apartes del resto de los moncadistas, el vínculo entre ellos nunca se perdió, gracias a la solidaridad de otros presos.

Para Fidel la prisión constituyó una etapa de duro trabajo y de preparación para la lucha futura, así como para reafirmar sus convicciones de revolucionario martiano y porqué no, de marxista-leninista.

La prisión le sirvió además para escribir con lujo de detalles el texto de su histórico alegato de autodefensa, que fue sacado de su celda y publicado clandestinamente, con el título de "La Historia me Absolverá", el cual vino a ser el Programa de la Revolución que se había reiniciado el 26 de Julio de 1953 con el asalto a los cuarteles Moncada en Santiago de Cuba y Carlos Manuel de Céspedes en la ciudad de Bayamo.

Para el resto de los combatientes moncadistas, la prisión en la Isla de Pinos fue también una etapa de consolidación ideológica a través de la escuela política "Abel Santamaría", creada por ellos como forma de preparación para la lucha futura.

El regimen batistiano no pudo impedir que los moncadistas cumplieran en prisión diversos programas políticos, patrióticos y culturales, que para desarrollarlos, como expresó en una ocasión Jesús Montané, "no les alcanzaba el tiempo". A esa etapa le llamaron "La Prisión Fecunda".

Se cumplía así lo que bien pudiéramos llamar una paradoja histórica, al hacerse realidad lo que el sentenciado Fidel Castro dijera el 16 de octubre de 1953: "La Historia me Absolverá".

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